9 de abril de 2015
¿Bienvenida la revocatoria?
Por: María Camila Aranda González
Con la decisión de la Corte Constitucional de reanudar la revocatoria del alcalde Gustavo Petro se esperan importantes cambios en el escenario político a tan solo siete meses de la contienda electoral.
La semana pasada la Corte Constitucional falló una tutela que ordena a la Registraduría Distrital reanudar en un plazo de dos meses la revocatoria del mandato del alcalde Gustavo Petro. La convocatoria a las urnas estaría programada para el próximo mes de junio, la cual se espera que tenga consecuencias sobre el panorama político de Bogotá, considerando la disputada campaña por la alcaldía.
En primer lugar, la decisión del tribunal afectaría el desarrollo de la contienda electoral. En efecto, con la revocatoria la población capitalina en los próximos meses estaría pensando en su postura frente a dicho proceso en lugar de escuchar las propuestas de los actuales candidatos. En este sentido, es previsible que los partidos políticos asuman una posición frente a lo que ha representado la alcaldía de Gustavo Petro.
Como ha ocurrido en ocasiones anteriores, el actual mandatario capitalino genera una fuerte polarización en la opinión pública. Por consiguiente, el proceso de revocatoria mediría una vez más la división de fuerzas del petrismo y el antipetrismo. Si bien, los sectores políticos no se han manifestado ante la posible salida del alcalde, varios se verían afectados por la decisión de la Corte Constitucional.
En materia electoral, con la revocatoria los mayores beneficiados serían la oposición radical encabezada por la extrema derecha del Centro Democrático. El proceso de refrendación permitiría al uribismo realizar propaganda política, con el fin de aumentar su electorado para la votación de octubre por la Alcaldía y por el Concejo. La campaña de Francisco Santos podría capitalizar el alto porcentaje de población descontenta con la administración de Petro, incrementar su visibilidad y posicionarse con éxito en diferentes sectores de la ciudad.
Asimismo, si decidiera lanzarse como candidato, Enrique Peñalosa podría sacar ventaja de la situación, teniendo en cuenta que ha sido reconocido como un fiel crítico de la actual alcaldía. Apoyar la revocatoria le ayudaría a afianzar su posición como gerente técnico y aumentar el respaldo de los antipetristas.
Por otro lado, de manera estratégica se encuentran a quienes les conviene rechazar la iniciativa de revocatoria. Desde este escenario, sería lógico que Clara López apoyara la gestión de Petro, teniendo en cuenta que los bogotanos los ubican a ambos dentro de una misma tendencia, por lo que su electorado en su gran mayoría son petristas o respaldan la permanencia del alcalde. Por lo cual si el estado actual de la campaña electoral se modifica, la candidata del Polo Democrático podría verse perjudicada en su liderazgo dentro de las encuestas.
De la misma manera, el ex ministro de trabajo Rafael Pardo podría estar afectado considerando su estrategia de no mostrarse ni a favor ni en contra del alcalde Petro. Al presentarse una posible revocatoria se hace necesario que el candidato liberal y de la U tome postura frente a la misma. Como consecuencia, ante una polarización de vertientes políticas, Pardo tendría que alejarse del centro donde se ha mantenido y acercarse a alguna orilla, lo que podría repercutir en una pérdida de votos en determinados sectores, cuyo apoyo puede ser decisivo.
Sin embargo, con el falló de la Corte Constitucional la mayor afectada sería Bogotá. Si se convoca la revocatoria a tan solo nueve meses de que el alcalde finalice su administración, la posibilidad de que los ciudadanos sean conscientes de elegir a un candidato que mejore su calidad de vida en los próximos cuatro años se reduce. Celebrar esta consulta es inconveniente para el electorado considerando la coyuntura política donde lo que está en disputa va mucho más allá de un puesto en el Palacio Liévano.