13 de mayo de 2015

Bernard Aronson: la ficha estadounidense en el proceso de paz

Por: Daniel Del Castillo R

El pasado 20 de febrero de 2015, el presidente Barack Obama nombró a Bernard Aronson el primer enviado especial para el proceso de paz de nuestro país, que se está adelantando en La Habana. Con él y Kofi Annan, ya son dos los expertos negociadores internacionales que se suman al proceso de paz, si bien Aronson participará como observador internacional, mientras que el ex-secretario de las Naciones Unidas intervino con recomendaciones en el proceso. Analicemos a continuación este nombramiento.

Un experto en Latinoamérica

Desde el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, hasta el secretario de estado norteamericano John Kerry, están de acuerdo en que Bernard Aronson es la persona indicada para apoyar el proceso de paz. En efecto, existe un consenso, que remonta hasta el Congreso de los Estados Unidos, en que Aronson goza de una fuerte legitimidad como diplomático. Esto debido a que su cursus honorum – envidiable – lo ha llevado a ocupar altos cargos en el ejecutivo durante los períodos de Bill Clinton, George W. Bush y actualmente en el gobierno Obama, todos relacionados con América Latina. Además, participó en los procesos de paz de El Salvador y Nicaragua. Resaltan los hechos que, primero, escribía los discursos del expresidente Jimmy Carter, premio Nobel de Paz; y segundo, que es depositario de la medalla del servicio distinguido del Departamento de Estado. Se caracteriza por ser un demócrata de centro. Está claro que su presencia en La Habana es el signo de la participación y el apoyo consolidados de los Estados Unidos al proceso de paz, en el sentido del blindaje internacional del mismo.

El rol de Aronson en el proceso de paz en Colombia

Vale la pena mencionar que Aronson no representa a una parte negociadora, sino que, en sus propias palabras, se tratará de: “empujar, persuadir, clarificar y ayudar donde podamos” (El Espectador, 2015). En otras palabras, se puede afirmar que jugará el rol de observador del proceso. Así las cosas, se encargará de informar al gobierno Obama sobre los avances y el curso que este irá tomando progresivamente, especialmente en lo relativo a aquellos temas que interesan a los estadounidenses. Hemos recogido estos intereses principales a continuación: 1) los guerrilleros acusados de narcotráfico y quienes eventualmente serán solicitados en extradición por ese gobierno; 2) como lo afirmó el Procurador Ordóñez, “el desmantelamiento de las FARC como cartel del narcotráfico” (El Espectador, 2015) es uno de los principales intereses de los Estados Unidos en el proceso; 3) las nuevas direcciones que podría tomar la cooperación bilateral y la Ayuda Oficial al Desarrollo en el marco de un posconflicto, sobre todo teniendo en cuenta que este ha sido el principal país que ha fortalecido al Ejército, a través del Plan Colombia; 4) la protección de los Derechos Humanos. Por su lado, las FARC aprovecharon la presencia de Aronson en La Habana, para reiterar su solicitud de que Simón Trinidad, quien fuera extraditado en 2004 durante el gobierno Uribe, fuera liberado para participar en los diálogos. Esta solicitud parece improcedente en la actual coyuntura y es altamente probable que no tenga curso alguno*.

* Al cierre de esta edición, el comisionado de paz Sergio Jaramillo reveló que se han llevado a cabo negociaciones en distintos niveles con el gobierno de Estados Unidos, con el fin de liberar a Trinidad, si esto significa alcanzar un acuerdo de paz con las FARC. El Gobierno está dispuesto, luego recordemos que en una guerra siempre hay intercambio de prisioneros.