25 de julio de 2014
Argentina, la potencia deportiva de Suramérica
Por: Diego Nicolas Salamanca
Argentina es potencia en tenis. Además, lo es en basquetbol, en rugby y en hockey sobre césped. No solo eso. En todos estos deportes, además de destacarse internacionalmente, lleva una ventaja considerable sobre los demás países de la región. Es bueno cuestionarse qué tanto ha hecho Colombia para llegar a un nivel similar, ya sea en estas u otras disciplinas deportivas y cuáles son las posibilidades reales de alcanzar un éxito de tal magnitud.
Argentina: potencia por sus logros explicados por su cultura
En Argentina se respira fútbol. Posiblemente como en ninguna otra parte del mundo. Esto quiere decir, que se respira pasión. Pensar en este ambiente no es poca cosa de cara a las implicaciones sociales a las que conduce. Para empezar, se puede decir que el fútbol y a partir de allí, el deporte en general se convierte en un motor de cohesión social. Como ejemplo histórico que muestra con claridad este fenómeno se puede citar el mundial de 1978 (llevado a cabo en Argentina) en el que el triunfo del equipo nacional trajo pasividad a una realidad social convulsionada. Este rasgo sociocultural, ha generado entonces que las ansias por sobresalir en el escenario internacional, hayan superado las barreras del fútbol y hayan empapado de este ímpetu a un sinnúmero de disciplinas que, tradicionalmente, no han sido atendidas en Argentina en particular, y en general en el continente.
Entonces, es valioso analizar un proceso lleno de éxitos que ha llevado a cabo el deporte argentino en este siglo. Así, la generación de oro del básquet logró el oro en los olímpicos de Atenas, en el 2004. Como consecuencia, llegaron los grandes éxitos de la mayoría de los integrantes del equipo en las principales ligas del mundo. Ginobili, Nocioni, Oberto, Scola y Delfino, entre otros, son respetados en la elite del básquet del mundo y algunos de ellos aún hoy se destacan incluso en la NBA. En el 2005, el tenista David Nalbandian se consagró venciendo a Roger Federer en la final de la Copa Masters, en Shanghái. Esto justamente un año después de la final argentina en Roland Garros (uno de los 4 torneos más importantes del circuito) entre Gastón Gaudio y Guillermo Coria. De ahí en más, el tenis argentino colecciona éxitos entre los que se destacan 3 finales de Copa Davis (2006, 2008 y 2011) y el triunfo en el Abierto de Estados Unidos (otro de los 4 grandes junto a Australia y Wimbledon) en 2009 de Juan Martin Del Potro. Para hablar de Rugby basta con mencionar el tercer puesto de Los Pumas (como se conoce la selección argentina de Rugby) en el mundial de 2007 eliminando a Francia, una potencia tradicional.
En ese orden de ideas, sin entrar en detalles de los éxitos del país gaucho en otras disciplinas como el hockey sobre césped o el boxeo está claro que, en general, el deporte argentino está instalado en el top mundial en una gran cantidad de categorías y tiene asimismo una considerable sobre el nivel sudamericano.
Colombia: hay buenos indicios y un largo camino por recorrer
Ahora bien, reflexionando sobre el caso colombiano, hay que decir que el panorama es positivo. Haciendo un paralelo con los deportes mencionados en el caso argentino, la desventaja es abismal, pero sí hay un surgimiento de los deportistas nacionales en muchas disciplinas y muchos de esos procesos han sido llevados con altos estándares técnicos lo que ha traído varios triunfos recientes al deporte nacional.
En este sentido, no tiene caso comparar el tenis nacional, el rugby o el baloncesto del país con el argentino, muy consagrado en los últimos años. Pero así como ellos se han hecho fuertes en esas disciplinas, Colombia se ha hecho un espacio en la elite del BMX, por ejemplo. De la misma manera, actualmente, está en auge una generación de ciclistas que le ha devuelto un lugar de honor al país en el escenario global de ese deporte.
A estos éxitos, se suma la medalla de oro en salto triple en el Mundial de Atletismo, conseguida por Caterine Ibargüen y el segundo puesto en los Juegos Suramericanos como continuación del exitoso proceso de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Esto sin mencionar el deporte estrella –desde hace años- de Colombia, sin duda, el patinaje.
Es decir, en Colombia el escenario deportivo va por buen camino. No obstante, al analizar las especificidades del proceso el factor común en varios casos es el ímpetu y el talento de los deportistas para destacarse, y no el haber recibido un apoyo o unas facilidades que acortaran su camino hacia el éxito. En esa medida, a pesar de que las cosas están encaminadas, hay mucho por hacer y hace falta que el deporte, en su conjunto y no solo las disciplinas tradicionales, tengan una mayor preponderancia en la agenda político social del país. El ejemplo más cercano es Argentina, pero también se puede mencionar el caso de España, que a partir de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, ha tenido un crecimiento extraordinario destacándose de manera transversal en numerosas disciplinas. Desde esta perspectiva, está claro cuál es el camino.