26 de mayo de 2016
Cine colombiano: ¿comedia o burla?
Por: Nicolás Rivera
El cine colombiano ha sido plato de segunda mesa. El cine producido en Colombia se ha concentrado generalmente en dos campos: comedia, en la que se aprovechan las costumbres más típicas y populares del país para hacer reír al espectador, de lo que él mismo hace. Y, de otro lado, la guerra que cuenta la misma historia que hemos vivido durante 60 años. Esto ha hecho que el cine colombiano sea menospreciado por los mismos colombianos, si se le compara con producciones fílmicas de los exponentes extranjeros. El cine colombiano perdió el argumento, puesto que se convirtió en el hecho de tomar una idea— que ya ha sido empleada antes— y representarla descaradamente de la misma forma cambiando detalles mínimos (El paseo y secuelas). Explotar una estrategia que en algún momento funcionó hasta que se vuelva inútil. Sin embargo, no todo el cine colombiano se queda en esta red de ideas usadas, incluso algunas mal argumentadas, hay ciertas excepciones y me atrevo a decir que son contadas con los dedos de las manos, excepciones que son obras que pueden hablar de temas ya hablados, pero con un argumento y una forma original de hacerlo. O de temas diferentes pero, aun así, muy buenos.
Podemos ver el más actual ejemplo con la película “El abrazo de la serpiente” dirigida por Ciro Guerra, la cual se estrenó en mayo del año pasado, esta película fue vista por 107.998 espectadores, casi 10 veces menos que la película “Uno al año no hace daño” que fue vista por 1.132.960 espectadores. Dirigida por Juan Camilo Pinzón, el también director de “El paseo 3”.
La primera tiene una historia magnífica, es por esto que fue nominada incluso a los premios de la Academia. Infortunadamente, no ganó, pero se dio a conocer al mundo el cine colombiano en los Premios Óscar, por primera vez. La segunda es una película de comedia, donde colombianos nos reímos de colombianos, de cómo se emborrachan y pasan vergüenzas por esto mismo, películas como esta las hay de sobra y no dejamos un mensaje al mundo más allá de una burla a nuestras propias costumbres.
Después de que se dio a conocer la nominación a los premios de la Academia de la película “El abrazo de la serpiente” se reprogramó en los cines locales, tras la reprogramación la película fue vista por 28.128 espectadores, pero aun así la cifra lograda entre las dos programaciones es, evidentemente, opacada por la comedia.
Esto último muestra cómo una gran mayoría de los colombianos prefiere quedarse con la parte más superficial del cine que es producido en el país. Así mismo, pasa con ciertas películas con mensajes muy profundos, pero se ven dejadas en el olvido. Como lo son: “La estrategia del Caracol”, película de comedia-drama que se sale del bucle del cine colombiano del reciclaje de ideas. En este mismo norte, encontrarnos “Los colores de la montaña”, en la que se muestra el conflicto colombiano, pero se hace de una forma distinta, por lo menos, se narra cómo es la vida de los niños en este ambiente de guerra, en donde tienen que pasar por innumerables adversidades junto a sus familias. El punto es que no todas las películas colombianas están mal argumentadas, el lío es que las películas mal argumentadas son las más populares y preferidas por el público colombiano.
Y esto no pasa únicamente con el cine producido en nuestro país, ocurre lo mismo con el deporte o las expresiones artísticas y culturales. Ahora es menos notorio, pero es evidente cómo el fútbol es visto por personas de todas las edades y se vive con pasión cada partido, como en este caso sería la comedia, y sin irnos muy lejos el patinaje, deporte en el que los colombianos destacan de manera formidable, es desairado totalmente en comparación con el número de espectadores y seguidores que tiene el fútbol, como sería en el caso una película diferente, tal vez no tan graciosa, pero sí muy bien argumentada.
Si ni siquiera los propios colombianos valoran estas expresiones artísticas, por ser diferentes qué podemos esperar del resto del mundo. Si uno no valora lo propio, no puede esperar que lo valore alguien más. Y es por esta falta de identidad que se sigue todo lo que hacen los demás, modas, música, costumbres, incluso, días festivos.
Ahora bien, desde hace poco, las cifras taquilleras del cine nacional han subido levemente, pero si se ve en qué genero de películas, es evidente que el más comercial en Colombia es la comedia. Esto no es malo, pero podría ser mejor aprovechado por los directores que tratan de hacer buen cine; se podría usar este género como estrategia para hacer llegar los mensajes profundos que se quieren comunicar a partir de las películas que algunas personas conciben como “aburridas”. Este año el cine colombiano dio un paso hacia adelante muy grande, con la nominación al Premio Óscar, ahora es imprescindible buscar que se hagan más obras con un argumento válido y significativo, que no se queden simplemente en una burla a la cultura popular colombiana de la que tanto nos reímos.