19 de noviembre de 2015
Belleza: salud o enfermedad
Por: Ana María Guasca
En Nigeria, las mujeres más bellas, son las más obesas, ya que esta sociedad lo entiende como un signo de abundancia y riqueza, de hecho las personas se dirigen a instituciones especializadas en sobrepeso antes de su boda, contrario a la concepción que se tiene en los países occidentales, en los cuales el atractivo actualmente supone mujeres delgadas. En China, existía la tradición dolorosa de los “pies de loto”, en según la cual entre más pequeños la mujer tuviera los pies, más lindos eran para los hombres; mientras que en Tailandia, la belleza se ve reflejada en las mujeres jirafa, que son chicas que desde muy pequeñas se ponen anillos en su cuello para que se vaya alargando lo cual muestra status social. Se puede decir que en cada cultura del mundo, se han presentado diferentes canones, que se adaptan a los acontecimientos del momento y a los cuales las mujeres se han ido acoplando de diferentes maneras para poder “sobrevivir” en una sociedad en la cual la apariencia física es un aspecto importante y debe concordar con lo establecido.
Para cumplir con los modelos de belleza que cada sociedad establece, las mujeres hacen cosas tan cotidianas como pintarse las uñas hasta costosas y complejas cirugías,- que las pueden llevar a la muerte. Por otra parte, está la necesidad innata en el ser humano de cuidarse, es decir, de preocuparse por su salud tanto física como mental. Hoy en día, hay otro grupo de personas en el que su concepto de belleza se basa en la armonía entre la mente y un cuerpo sano, como lo afirmaban los griegos, y cultivan el cuerpo mediante una alimentación balanceada y la realización de actividad física.
¿Víctimas de la belleza?
A través de la historia, la necesidad de las mujeres de verse bien, ha está presente en sus vidas hasta el punto en el cual esta necesidad se convierte en una preocupación para ellas. Esta necesidad se ve influenciada por los estereotipos de belleza presentes en la sociedad, tales como las típicas medidas que una mujer debe tener (90, 60, 90), o la premisa de que las rubias con ojos de color claro son siempre más bonitas, o cuando se vende al publico la imagen de una mujer modelo, que como su propio nombre lo indica, se refiere al ejemplo de mujer al que todas deberían llegar.
El problema radica cuando el querer ser ese prototipo de mujer planteado se convierte en una obsesión hasta el punto en que la integridad física y mental de las personas pasa a segundo plano. Esto se ve reflejado en los muchos casos de buliminia y anorexia, en los cuales las mujeres, que se obsesionan por su peso, dejan de comer o lo que comen lo vomitan. También podemos ver como las cirugías estéticas han tomado fuerza de modo que se busca un camino fácil para conseguir el cuerpo soñado, pero en muchas ocasiones, por la urgencia de llegar a él a través de estos procedimientos, lleva a poner en riesgo la salud y en muchos casos a la muerte. Como lo demuestran los casos que han salido a la luz de mujeres que para realizarse estas cirugías acuden a “clínicas de garaje”.
El claro ejemplo de estas prácticas se puede ver en Colombia a través de la `narcoestética´ denunciada por la fotógrafa Manuel Henao, en la cual se muestran 14 imágenes y un texto en el cual dice “En Colombia las niñas crecen en un mundo donde son vistas como objetos decorativos y donde la cirugía plástica manda”
Mente sana, cuerpo sano.
Ha surgido también una nueva visión de le belleza según la cual, se busca un cuerpo esbelto pero desde el punto de vista saludable: en la cual las mujeres realizan unas dietas de manera responsable, es decir, consultando a un médico, y hacen ejercicio, ir al gimnasio periódicamente hasta hacer carreras o practicar yoga, que también contribuye a ejercitar la mente. A esta nueva tendencia se le denomina la “cultura fitness”, en la cual, como se ha mencionado antes, se busca su bienestar físico y mental.
Cabe resaltar que esta nueva cultura no busca la aceptación por los demás, por tanto su objetivo de belleza se basa en que la gente se sienta cómoda con su cuerpo (aceptarse) y si en algún punto desean cambiar, lo harán por salud y por satisfacción propia. Para conseguir adoptar este pensamiento, las mujeres no deben enfocarse en sus defectos y estancarse en ellos, por el contrario, deben empezar aceptándose tal y como son, teniendo en cuenta que todos somos diferentes y eso es lo que nos hace especiales. Ya que se busca que todas las mujeres sean una mejor versión de si mismas en vez de intentar lograr un canon establecido.
Por tanto a la hora de hablar de belleza, debe establecerse una línea que diferencie la belleza por satisfacción propia, lo que conlleva a mantener un cuerpo saludable, de la necesidad de verse bonita ante los demás, lo que si no se controla puede llevar a la obsesión. Por tanto, esta línea no debe desdibujarse, ya que al hacerlo se pueden atentar contra la vida.