26 de marzo de 2015
Igualdad femenina: un camino largo por recorrer
Por: María Rey
Generalmente subestimamos las libertades de género en las sociedades occidentales y orientales en ámbitos como el progreso que se ha visto dentro del género femenino en la educación, la participación de la mujer en la sociedad y en su labor fundamental dentro del roll familiar. Lo que se busca es lograr el cumplimiento de los derechos fundamentales que deberían tener las mujeres, como lo es la libertad en todas las sociedades. Ya es tiempo de que dejen de ser una expectativa y se conviertan en hechos reales.
¿Qué progreso se ha visto dentro del género femenino en la educación?
Dentro el amplio tema de la educación cabe recalcar que se ha visto un incremento del 17% entre el 2010 y el presente año con respecto a los años 2005-2009 en el ingreso de mujeres en educación superior, como lo demuestran los estudios realizados por el Banco Mundial. Este se basó en los indicadores del desarrollo del mundo del Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En Asia, en países como Taiwán, China, Japón y Corea del Sur gracias al estudio, las mujeres están participando activamente en el ámbito laboral y, por ende, aportando económicamente a su comunidad. El aumento de mujeres profesionales en estos países anteriormente mencionados, ha contribuido a que ellas eleven su autoestima y quieran buscar parejas con niveles educativos y culturales semejantes a los que ellas han alcanzado. Por ello, muchas se han abstenido de contraer matrimonio. Además, saben que si este falla la opción de divorcio en estos países es casi nula.
Así mismo, dicha situación se ha visto reflejada en el descenso del crecimiento poblacional de estas regiones. La mujer está buscando reproducirse entre los 30-35 años de edad, en gran parte con inmigrantes o en el exterior del país, cuando anteriormente las mujeres se casaban entre los 20-25 años de edad, más que todo por razones económicas.
Prima la desigualdad para la mujer
Si bien, entonces, una de las razones por las cual la mujer logra participar en la sociedad es poder adquirir educación, otra de las razones es la no discriminación salarial entre hombres y mujeres para que, de este modo, el aporte económico de ambos hacia la sociedad, sea el mismo. Dos de los países que se han propuesto alcanzar esta tarea son Chile y Colombia, en donde estas medidas se han incorporado en la legislación, constitución política y código laboral. Igualmente, la UNICEF se propone promover la autonomía de la mujer, ya que son muy pocos los países que tratan de mediar la situación de la igualdad de género. Según la UNICEF, la mujer está recibiendo una décima parte de los ingresos mundiales y son dueñas de menos de un 1% de la propiedad. Esto quiere decir que los hogares con una madre como cabeza de familia corren un mayor riesgo de empobrecimiento y, también, que así la mujer esté aportando económicamente a su comunidad, se está viendo en la necesidad de dividir su tiempo entre lo profesional y el mantenimiento de un hogar. Claramente se encuentra en desventaja con relación a los hombres, pues todavía se cree que gran parte de la responsabilidad dentro del hogar recae sobre los hombros de la mujer, cuando debería ser compartida.
Ejemplo claro de lo anterior, son las normas que estipula la religión hindú, según las leyes de Manu “la mujer no puede ser nunca independiente”. Ellas están sujetas a cumplir con una serie de reglas como obedecer sin replicar a su esposo, a atender el hogar y a que sus hijos cumplan, al pie de la letra, lo que demanda la fe hinduista.
Así que si bien ha habido avances, todavía queda mucho camino por recorrer y más si todavía la mujer está sujeta a normas religiosas, que a lo único que conducen es a la mediocridad y al empobrecimiento de la sociedad. Comunidades de carácter musulmán tienen relegadas a la mujer exclusivamente al sometimiento del varón. Su participación en la sociedad se limita a la procreación y al cuidado del hogar. Quienes pretenden salirse de las normas son castigadas brutalmente.
Las mujeres son capaces de manejar un país; ejemplos ha habido en estados desarrollados como Inglaterra y Alemania. En ellos, la mujer ha manejado con mano dura y sensatez los destinos de potencias mundiales. Lo propio ha sucedido en América Latina e inclusive, como en el caso de Chile ha repetido mandato de manera exitosa. Así que el problema de ver a la mujer como poca cosa es de limitación mental. Aquella que tienen los obtusos que no permiten el progreso de la mujer: ellos deberían ostentar el título de criminales de la historia de la mujer.