15 de abril de 2022
Voz joven, apatía o protagonismo transformador
Por: Sofia Camacho Zárate
En Colombia hay, según el Censo Nacional del DANE, más de 12 millones de jóvenes. Su participación en asuntos de política pública y en política como oportunidad para transformar instituciones como el Congreso y las movilizaciones sucedidas entre 2019 y 2021, cuyos protagonistas fueron los jóvenes, generan la expectativa de un cambio generacional en Estado Colombiano, como inicio a las transformaciones sociales que el país reclama.
Es importante recordar que el 21 de noviembre de 2019 marcó un hito en la historia reciente del país. Ese día se convocó a paro nacional y varios jóvenes colombianos lideraron, desde ese momento, protestas por varias reformas económicas que, a su juicio, aumentaban la violencia y la desigualdad. Desde entonces, la acción colectiva de la población joven en Colombia ha sido protagonista de diversos movimientos de protesta social y varios sectores le han dado el papel protagónico de transformar las malas prácticas políticas, el Congreso y hasta el enfoque de gobierno, desde su rol como ciudadanos.
Este contexto requiere del análisis que permita entender cómo avanza la participación de la población joven colombiana en política y en las políticas del Estado.
De “caciques” a “influencers”, activistas, músicos y otros demonios.
Desde noviembre de 2019 hasta marzo de 2022, el país, en medio de pandemia, ha vivido dos procesos de participación electoral, uno de los elementos fundamentales para que las personas puedan incidir en las transformaciones de instituciones democráticas y políticas del Estado Colombiano.
Entre agosto y diciembre de 2021, se realizó la elección de consejos locales de juventud que forman parte de los mandatos del Estatuto de Ciudadanía Juvenil y que convocó a 12.282.273 millones de jóvenes entre 14 y 28 años que representan el 25% de la población total del país. Según la Registraduría Nacional del Estado Civil, solo el 9,3% votó, es decir, 1.144.313 de los jóvenes habilitados.
En marzo de 2022, el país vivió la elección al Congreso y las consultas para elegir candidatos a la Presidencia de la República. Según datos recientes de la Registraduría Nacional del Estado Civil, el congresista joven con mayor votación para el período 2022-2026 es Jonathan Ferney Pulido, “influencer” de 30 años quien obtuvo 189.200 votos. Como él, otros jóvenes activistas, músicos o representantes de grupos étnicos, entraron al Congreso. No obstante, en entrevistas que circulan en redes sociales con algunos jóvenes electos, se puede evidenciar que no saben qué es ser un senador o cómo funciona el Congreso, lo que deja dudas sobre si realmente los jóvenes serán capaces de cambiar la forma de hacer política en el país, en instituciones como el Senado y la Cámara de Representantes.
Cifras como estas sustentan uno de los análisis de Luis Fernando Trejos Rosero, docente de Ciencias Políticas de la Universidad del Norte, quien indica que la participación en las elecciones de consejos locales de juventud y del Congreso, son evidencia de la “apatía” por parte de la población joven en el proceso electoral y de la falta de preparación frente al ejercicio de la democracia.
Educar para la ciudadanía desde la escuela. jóvenes en alta voz y en la primera línea.
En Colombia, según el sistema educativo, las matemáticas, el lenguaje y las ciencias son áreas importantes, pero no hablan de lo importante que es educar para la vida después del colegio. Evaluaciones nacionales, como las pruebas SABER, e internacionales como ICCS (Estudio Internacional de Educación Cívica y Formación Ciudadana) por sus siglas en inglés, establecen que la educación para la ciudadanía de los jóvenes aún tiene retos. En el 2016, 6450 estudiantes de grado octavo participaron en la prueba ICCS, realizada en 24 países de los cuales 5 son de América Latina: Chile, Colombia, México, República Dominicana y Perú. Los resultados indican que Colombia mejoró con respecto a los datos del 2009, sin embargo, frente a asuntos como la confianza en las instituciones, la participación y la corrupción, las cifras indicaron que el 51% manifestó una actitud tolerante hacia las prácticas de corrupción y menos del 50% de los estudiantes confían en el gobierno, el parlamento y tribunales de justicia. Respecto del nivel de discusión de temas políticos y sociales fuera del colegio, Colombia está por debajo de la media de los demás países en el mundo.
Según el estudio de ICCS la evidencia indica que: entre mayor nivel socioeconómico, mayor nivel de participación escolar y a más espacios de discusión en asuntos cívicos y políticos o de participación en la escuela, los y las jóvenes aumentan su expectativa de participar políticamente en el futuro.
Por otra parte, los procesos de protesta social liderados por jóvenes dieron como resultado el “Pacto por Colombia con las Juventudes” que se consigna en el CONPES 4040 de 2021. Según el documento que lo sustenta, cuando fue puesto a discusión, solo 4 asociaciones juveniles y 2 jóvenes no pertenecientes a grupos sociales realizaron aportes al documento. En el proceso, se obtuvieron 738 priorizaciones de las cuales el 26% fueron para institucionalidad y participación y se presentaron 474 propuestas nuevas, el 18%, fueron sobre participación juvenil.De acuerdo con los datos y la evidencia anterior, la juventud ha logrado un avance importante en su participación en Colombia, pero hace falta educación que contribuya con el ejercicio de la ciudadanía y con una real incidencia en la trasformación del Estado colombiano.