Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

8 de diciembre de 2015

La caída del halcón negro (parte 1/2)

Por: Juan Pablo Mora Villalba.

En 1993, durante la pacificación por parte de las Naciones Unidas en Somalia, las fuerzas estadounidenses de élite Delta y Rangers tuvieron uno de sus mayores desafíos, cuando un Black Hawk, uno de los helicópteros más avanzados de la época, fue derribado por guerrilleros. Durante la operación, los soldados aguantaron los sucesivos ataques, hasta que los supervivientes lograron escapar de Mogadiscio y ponerse a salvo en territorio de paz. Más de veinte años después, Estados Unidos disfruta de la recuperación total de su economía, tras la crisis financiera del año 2008, con un dólar fortalecido frente la mayoría de las monedas, entre las cuales están el Euro, el Real Brasilero y el Peso Colombiano. 

Por otra parte, los países latinoamericanos se han visto fuertemente afectados por la caída internacional de los precios del petróleo, pues algunos se vieron favorecidos en los últimos años  por la subida de precios que superó los 100 dólares por barril, y lograron dinamizar la economía, la mayoría sin tener en cuenta una posible creación de una enfermedad holandesa[1]. Un nuevo “halcón negro” cayó, y en esta ocasión los EE.UU. se vio bastante favorecido.

¿Por qué cuando el dólar sube, el precio del petróleo baja?

En los mercados financieros, y particularmente en el colombiano, es bien sabido que recientemente existe una correlación negativa entre el comportamiento de precio del barril y la cotización, Spot y Tasa Representativa del Mercado –TRM, del dólar. Entre los dos, el dólar, y todas las implicaciones que tiene este por detrás, es el que permite explicar las fluctuaciones del petróleo, y no el segundo el que explique el primero.

La fortaleza o la debilidad de una economía, representada en sus indicadores macroeconómicos y balanza comercial, es la que determina la revaluación o devaluación de su moneda. El comportamiento es básicamente igual al de una acción que transa en bolsa de valores, donde si la compañía va bien y presenta además buenas perspectivas de crecimiento, una persona esperaría comprarla porque, dada la condición de mercados eficientes, su valor debería incrementar.

Actualmente, el mundo depende en gran parte de la producción energética. El progreso no se detiene, y junto con él existen necesidades crecientes de petróleo, carbón y gas como combustibles fósiles, los cuales tienen alta eficiencia. La economía estadounidense tuvo un periodo de recesión desde el año 2008, durante el cual una parte importante del sector productivo e industrial se vio afectado. A pesar que durante el inicio de la crisis, el WTI pasó de cotizarse por encima de 140 USD por barril a cerca de 20 USD por barril. Sin embargo, cuando la crisis se fue profundizando cada vez más, el precio del petróleo se recuperó, y superó unos años después la barrera de los 100 USD de nuevo.

Asimismo, al frenarse el sector productivo, Estados Unidos vio como sus necesidades energéticas debieron verse satisfechas por los países exportadores de petróleo. El país no se encontraba en condiciones económicas favorables, y por tanto el valor del crudo aumento aún más en forma relativa para adquisición por parte de los norteamericanos, ya que el dólar estaba sufriendo un fuerte proceso de devaluación.  Con necesidades cada vez más altas de petróleo, las importaciones aumentaron considerablemente. Hoy la perspectiva es diferente, pues el mundo considera que EE.UU. puede llegar a autoabastecerse energéticamente muy pronto, e inclusive en pocos años llegar a ser exportador neto de fuentes energéticas fósiles. Lo anterior consolidaría cada vez más su papel como hegemón, que en algún momento se puso en duda frente a una China que crecía a niveles impresionantes, pero que ha entrado recientemente en una leve fase de declive.

¿Era normal un barril por encima de los 100 dólares?

En los últimos años fue muy común ver el barril alrededor de los 100 USD, y cuando se le preguntaba a algún colombiano que hiciera una conversión de un precio en dólares a pesos, la tasa de cambio por defecto era $2.000 pesos, sin importar si estuviera levemente por debajo de ese número, pues era un número redondo fácil de manejar. Más de uno no ha caído en cuenta que hoy ya la conversión es de $3.000 pesos por dólar, o mejor dicho, que para el que se va estas vacaciones de diciembre a Estados Unidos, los precios “aumentaron” en más de un 50%.

Sin embargo, si observamos la media histórica del precio, este ha estado alrededor de los 60 USD por barril. A pesar de que el precio tan elevado favorecía los intereses económicos de países como Colombia, era apenas lógico que se estaba formando una burbuja en el precio que en algún momento tendría que caer. Si bien no me parece descabellado que el petróleo pueda acabar este año alrededor de los 60 USD por barril, dada la recuperación del peso frente al dólar en la última semana, es complicado que con los anuncios de la Reserva Federal de una subida segura de tasa de interés en los próximos meses, el crudo logre recuperar ese 20% o 30% que le falta en poco más de 3 meses.

Una caída demasiado profunda

Más allá de lo anterior, por estas fechas hace un año, ningún analista o persona del común esperaba que el dólar llegase a $3.000 pesos. Los más pesimistas decían que llegaría a $2.500 pesos, y cuando llegó por primera vez a $2.700 pesos durante el primer semestre del año, el mercado corrigió, y llegó a la meta esperada de $2.500 pesos. Sin embargo, semanas después, la tendencia de crecimiento continuó, rompió el máximo histórico y superó los $3.000 pesos.

Producto de lo anterior, el petróleo sufrió las consecuencias que ya conocemos la mayoría de nosotros. Los efectos y reacciones que provocó el dólar y todas las declaraciones de recuperación económica y suficiencia energética hicieron que el precio internacional del crudo, en todas sus referencias, disminuyera de manera considerable. Mientras hace un año las personas esperaban que el dólar se mantuviera por encima de los 100 USD, hoy el problema está en no se ubique por debajo de los 50 USD e incluso de los 40 USD. El comportamiento observado es similar al del inicio de la crisis en el 2008, solo que el petróleo tuvo una caída un poco más grande, ya que, como se dijo anteriormente, en ese entonces se ubicaba por encima inclusive de los 150 USD.

Uno de los efectos a nivel global fue la caída del precio de las acciones de las principales empresas petroleras y extractivas de la mayoría de países en el mundo. En particular en Colombia, está el caso de la empresa de economía mixta Ecopetrol y la de la privada canadiense antes conocida como Pacific Rubiales.

En el caso de Ecopetrol, es importante recordar la importancia histórica que tiene para el país la empresa. Además de ser la principal petrolera del país, su emisión de acciones ordinarias abierta fue tal vez la más sonada en la historia del país. Personas de todas las procedencias y clases se interesaron en ser “pequeños dueños” de lo que en ese tiempo –y aún hoy día, se considera la empresa más grande de Colombia.

En los últimos años, el país se puso como meta la extracción de un millón de barriles diarios, que en gran parte se impulsó gracias a esta empresa. La acción se cotizó bastante bien y siempre era un must en los principales portafolios del país. La acción, que hace poco más de dos años estaba alrededor de los $4.000 pesos, actualmente ronda los $1.500 pesos, y no por factores internos de la empresa propiamente, sino por el alto impacto que tuvo la industria debido a la profunda caída que sufrió el crudo. Hoy es considerada como una acción con perspectiva de crecimiento importante, pero de alto riesgo, lo cual le resta margen de maniobra a la compañía.

Por su parte, Pacific tuvo una situación un poco más complicada que Ecopetrol. Llegó a principios de la década atraída por las amplias posibilidades que brindaba el país en pos de atraer inversión extranjera directa. Consolidó en dos campos, Quifa y Campo Rubiales, su centro de operaciones principal. La acción superó las expectativas, y llegó a estar por encima de los $30.000 pesos. Con la caída del precio internacional del petróleo que se hizo, su acción se vio fuertemente afectada, pero adicionalmente presentó ciertos problemas internos, cuando se anunció que no se le renovaría el contrato de arrendamiento de sus principales campos –contrato que se vence el otro año, la acción profundizó aún más su caída, que llegó a mínimo históricos de cerca de $5.000 pesos.

[1] Consecuencias dañinas del ingreso de divisas en la economía, donde una materia prima – generalmente el petróleo, es la que dinamiza las exportaciones, afectando las demás del país

Referencias El Libre Pensador:

Investopedia – Oil & Currencies: Understanding Their Correlation. 

UN Periódico – No es que el petróleo suba…