22 de febrero de 2015
Intelecto: Evaluar para conocer
Por: Adriana Rodríguez S.
Mario Bunge sentenciaba que el conocimiento especializado, el que va más allá del conocimiento común, es el que distingue al trabajo calificado del superficial. También advertía que la información por sí misma no es conocimiento. Esto pone el dedo en la yaga en quienes se conforman con lo primero que encuentran en la red, sin entender y observar de dónde proviene lo hallado. Si bien en aquella hay un cúmulo infinito de información, hay que entender de qué manera se obtiene la mejor, a través de internet y, sobretodo, tratar de adquirir conocimiento luego de una rigurosa evaluación.
“La Información no es conocimiento”
En un artículo anterior sobre “la generación clic” se dijo que una de las características de esta era que adquirían información con solo pulsar un botón, pero también se enunció que dicha búsqueda era limitada, pues era más importante la inmediatez que el análisis que se hace de la misma. Es por ello, que recordando un artículo de Mario Bunge (2003), vino a la memoria, la distinción que hacía entre comunicación e información. El autor decía que “la información contenida en un texto científico no es conocimiento; se transforma en conocimiento a medida que el texto se lee, escucha o se comprende. El motivo es que no hay conocimiento sin sujeto cognoscente”. En pocas palabras, la información está ahí para ser sujeta de estudio o como decía Estanislao Zuleta rumiarla, masticarla, confrontarla… También decía Bunge además que otra de las diferencias claras entre información y conocimiento estribaba en que la primera podía ser pública o privada, mientras que el conocimiento es personal. Esto precisamente es lo que cualifica a un sujeto frente a otro.
A ese pensamiento se aúne José Luis Larrea (2011), presidente de Ibermática, afirma que la generación del “Pick & Click”, como él la llama, tiene una capacidad tremendamente positiva para desarrollar el conocimiento, pero debe ir acompañada de reflexión, y es ahí donde acecha el peligro. Es tan fácil hacer click, llegar, capturar y guardar y a otra cosa que ¿dónde queda el pensamiento, la reflexión sobre la información? Larrea añade que él prefiere la generación pick, click and think, si los jóvenes aceptan el reto, el progreso se presentará lleno de luces.
¿Cómo buscar información en línea?
Otro de los inconvenientes que surgen para obtener información idónea radica en que no se sabe cómo buscarla. Frente a esta dificultad, Google presenta una serie de sugerencias básicas para tener una pesquisa más efectiva y óptima; he aquí algunas de ellas. Lo más importante es que se inicie la indagación con palabras sencillas y básicas; los motores de búsqueda hacen coincidir las palabras que se escriben con las páginas de la Web. Recuerde que los términos de exploración de una o dos palabras tendrán más resultados, como lo advierte Google. Si lo que requiere, es buscar una frase exacta póngala entre comillas. También, puede ser de gran ayuda que emplee la palabra site para buscar la información en un sitio Web específico, por ejemplo: El Libre Pensador. Pero si lo que demanda es de un archivo en particular busque así: Ley 30 filetype: PDF, tenga presente que los tipos de archivos pueden ser PPT o XLS. Ahora bien, si desea tener información de una página con un contenido similar a la que ya consultó, solo basta con emplear el operador related y la URL de la página que examinó.
Si considera las anteriores sugerencias, podrá conquistar una información más confiable para que luego pueda cotejarla y evaluarla. En las palabras de Bunge (2006), “Necesitamos más tiempo para reflexionar y menos para buscar información. La gente gasta demasiado tiempo leyendo y mandando vaguedades, solo por seguir perteneciendo a comunidades”. Por ello, bien vale la pena desenchufarse de cuando en cuando de la red para enchufar el cerebro a lo que realmente es importante: a adquirir conocimiento, a evaluarlo, y a debatirlo cara a cara, que es la forma real de socializar.