14 de agosto de 2015
¿La erradicación de las drogas ilícitas está por encima de la salud de los colombianos?
Por: Andrés Felipe Acero Acuña
La Organización Mundial de la Salud-OMS más específicamente la IRAC (Agencia Internacional para el estudio del Cáncer) clasificó el glifosato como una sustancia 2A, es decir, aquella que puede causar cáncer a los humanos, luego de que se encontrara una relación directa de este herbicida con el linfoma non hodgkin, cáncer del sistema linfático.
El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo, tan solo en el año 2014 se utilizaron más de 65 Millones de libras en el planeta. En Colombia este herbicida ha sido rociado por vía aérea desde el Plan Colombia que (que comenzó en 1999), para combatir los cultivos de coca y algunos cultivos tolerantes a determinados herbicidas.
Después de la publicación de la IRAC, el país se ha polarizado en dos bandos, quienes están a favor y en contra, estos últimos argumentando que este no es un estudio decisivo.
La seguridad prima sobre la salud
Alejandro Ordóñez, le escribió una carta al ministro de justicia, justificando que suspender la aspersión en Colombia “conducirá a crear santuarios para el narcotráfico”. Así mismo el expresidente y senador de la república Álvaro Uribe Vélez se manifestó en contra de la suspensión del glifosato argumentando que se trataría de una concesión en el actual proceso de paz a la guerrilla de las FARC. El actual ministro de defensa, también se pronunció en contra de la no aspersión ya que en donde se ha suspendido esta estrategia las hectáreas con plantaciones ilícitas se han duplicado, el dice, que prueba de ello son los resultados en la región del Catatumbo y Norte de Santander, donde se dejó de fumigar y de erradicar manualmente por los acuerdos del Gobierno con los campesinos. Allí, los cultivos ilícitos crecieron entre el 2011 y 2013 en un 120 por ciento, y para el 2014 el incremento seria del 21 por ciento.
A 31 de diciembre de 2013 Colombia tenía 48.000 hectáreas sembradas de coca. El Simci (Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos) señala que las siembras ilegales crecieron en el 2014 en al menos 10.000 hectáreas, y que en promedio ese aumento estaría entre el 15 y el 20 por ciento, en comparación con el 2013 Así las cosas, las plantaciones ilícitas pasarían de 48.000 hectáreas a 58.000.
No se muere por las drogas, se muere por cáncer.
Por su parte, el ministro de salud recomendó la suspensión de las fumigaciones con este herbicida, sobre lo que las FARC están de acuerdo “En el mundo entero ya es casi una decisión unánime que el glifosato es un veneno dañino, perjudicial para los seres humanos, para los cultivos, perjudicial para la gente humilde que trabaja en el campo“, dijo el comandante guerrillero Pablo Catatumbo.
El artículo 49 y el artículo 79 de la Constitución política de Colombia, afirman el derecho que tiene la sociedad a gozar de un medio ambiente sano y que el estado está a cargo de este. Si hay sospechas de que el glifosato pueda causar cáncer la Corte Constitucional ha dicho que se debe aplicar el principio de precaución (La sentencia C-703/10 afirma que es un derecho de todas las personas, el gozar de un ambiente sano y es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente; y prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental).
El problema del glifosato no es solamente político y de seguridad o de la lucha contra los cultivos ilícitos en Colombia, es un problema que según la OMS podría afectar la salud del pueblo, ¿es necesario entonces, sacrificar la salud para librarse del problema del narcotráfico?
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