Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

6 de octubre de 2016

El BREXIT al mejor estilo tropical

Por: Oscar Colorado

Hoy los titulares de los periódicos nacionales e internacionales han hecho un cubrimiento especial sobre el resultado del plebiscito. La atención que la prensa le está dando a este acontecimiento no debe ser menospreciada, teniendo en cuenta que este iba a ser el punto de inflexión del conflicto con las FARC. Sin embargo, la razón principal por la cual todos los medios están hablando de lo que aconteció, se debe al resultado inesperado que se obtuvo en las urnas. Él “no” se levantó ante el “sí” contradiciendo los pronósticos de las encuestas y el optimismo que el Gobierno nacional manifestó durante toda su campaña. 

 

Dos casos similares en apariencias

Esto nos recuerda lo que paso hace unos cuantos meses en el Reino Unido, cuando los votantes británicos decidieron que el futuro del país debía ser apartarse de la Unión Europea. Tal decisión sembró dudas e inestabilidad en los días posteriores debido a que era la primera vez que un país decidía abandonar esta unión económica y política, y forjar el camino para la consolidación de los resultados del referendo sería un reto para el gobierno de Gran Bretaña. Como está pasando con Colombia, esa noticia acaparó la atención mundial debido al resultado inesperado y vale la pena hacer una pequeña analogía entre lo que pasó en nuestro país y lo ocurrido en  tierras británicas. Para comenzar, es necesario exponer las diferencias en la participación electoral en los dos casos.  El 72% de los británicos participó en las urnas, por un lado 17.410.742 personas votaron a favor del BREXIT, en contraposición a las 16.577.342 personas que decidieron que era mejor mantenerse dentro de la Unión Europea.

En Colombia, por otro lado, la participación electoral fue del 37,43% de la población, 6.431.376 personas tomaron la decisión de no apoyar los acuerdos de paz en contra de las 6.377.482 personas que si apoyaron refrendar los acuerdos. Algo que es claro entre estos dos casos es que el sistema democrático colombiano es una ilusión, el abstencionismo fue el mayor protagonista en este plebiscito y lo que hace pensar es si realmente es legítima la decisión tomada. Al parecer la apatía de los colombianos a la hora de votar está se debe a la falta de legitimidad que caracteriza a las instituciones. Por ejemplo, muchos de los votantes llevaron sus propios bolígrafos para marcar los votos ya que desconfiaban de los lapiceros dispuestos por la Registraduría Nacional en cada uno de los puestos de votación.

La ausencia de plan B y la incertidumbre como puntos en común

Por otro lado, el partido nacionalista United Kingdom Independence Party (UKIP) fue el  gran protagonista en el referendo británico, encabezando la oposición. Sus argumentos fueron lo suficientemente contundentes para cautivar a las mayorías. El problema es que, después de los resultados obtenidos, un número extenso de personas empezó a sentirse engañado pidiéndole al parlamento de Westminster un segundo referendo. En Colombia, el Centro Democrático fue el actor principal del plebiscito y los resultados demostraron que es la mayor fuerza política del país, aunque su falta de preparación ante el resultado obtenido se evidenció en la ausencia de un plan B que permitiera no dejar perder los 5 años de negociación con las FARC. Lo que pase de aquí en adelante es una incertidumbre total, sin embargo, esperamos que  si la oposición se encargó de encabezar de manera tan tajante la campaña del “no”, tenga la misma actitud a la hora de llevar a cabo la renegociación de los acuerdos con las FARC, y que así, se logre esa paz incluyente y favorable que el pueblo colombiano desea. Esperemos que no pase algo similar a lo ocurrido en el Reino Unido, en donde los ciudadanos después de un tiempo se dieron cuenta de la mala decisión que tomaron y ahora buscan un camino alterno para reversar la salida de la Unión Europea.

Por último, tres meses después del BREXIT, Londres no ha sido capaz de establecer de manera clara la forma como se separará de la Unión Europea. En el ejecutivo existe una división clara entre si se da una ruptura suave o fuerte, y la inestabilidad política y económica es una de las realidades que está enfrentando este país en la actualidad. Colombia no se escapa de esa inestabilidad, que ya en el corto plazo mostró sus primeros efectos. Por un lado, hoy en la mañana el mercado reaccionó ante la decisión de los votantes de dos maneras: (a) La caída de los bonos soberanos y (b) el alza del dólar, lo cual puso a los gremios del país en alerta roja, por ende fue que en el transcurso del día estos se reunieron para exigirle al Gobierno una solución rápida ante la incertidumbre política. Mientras el mercado reaccionaba a la decisión de los votantes, el Presidente de la República, la oposición, la Unidad Nacional y las FARC amanecieron ante un limbo jurídico y político que en el transcurso del día han intentado solucionar, sin embargo la falta de un plan de choque ante los resultados del plebiscito se está convirtiendo en el gran reto de las próximas semanas.

Resta decir que este plebiscito dejó muchas lecciones y una de ellas es que el país se encuentra polarizado y es necesario que desde todos los sectores sociales y políticos se plantee una unidad nacional efectiva que contribuya a la consolidación de una paz estable y duradera. Perpetuar las divisiones entre los colombianos será el gran obstáculo para consolidar el fin del conflicto con la paz. El Reino Unido nos deja una gran lección y es que la polarización ante una decisión tan importante para el futuro de un país lo único que genera es inestabilidad en escenarios futuros, por ende lo mejor es construir consensos nacionales que superen dichas divisiones.