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Anime
24 de abril de 2022

El anime y su evolución

Por: Maria PaulaPrada Lozano

Desde sus inicios, el anime se ha enfrentado a ataques de la industria del entretenimiento y a un público difícil de atraer con sus creaciones, debido a que estaba acostumbrado a ver caricaturas más elaboradas; mientras el anime estaba en su primera etapa, el Utsushi-e, que consistía en la simple presentación de figuras en movimiento frente a una pantalla con ayuda de proyectores; sin embargo, evolucionó incorporando temáticas diferentes para un público mayor, que no estaba acostumbrado a los dibujos animados. De esta manera, cambió la industria de la animación demostrando que las series animadas no solo son para niños y les dio una perspectiva diferente. 

La lucha por evolucionar

En sus orígenes, el anime era el arte del Utsushi-e; dichas figuras abrieron paso a los cortometrajes animados que conocemos actualmente. El anime se enfrentó, y a la vez se inspiró, en Walt Disney, un rival que le dio un público difícil de convencer, pues sus animaciones ya  contaban con sonido y dibujos a color, mientras que los cortometrajes del anime no, sin embargo, allí inició su evolución. Ésta se vio manchada por la falta de recursos económicos y, a su vez, por una guerra que afectaba a muchos pero beneficiaba al anime. Esto debido a que fue usado por el gobierno, que le daba los recursos de los que carecía a cambio de elaborar cortometrajes con el fin de hacer propaganda a su política y al régimen militar. Asimismo, el anime fue obligado a censurar cualquier cortometraje que no cumpliera con los fines dichos por el Estado y que no fuera aprobado por éste; sin embargo, con el paso del tiempo, fueron creadas las grandes casas animadoras, con las que, por fin, inició el auge de la creación de los animes. Se creó entonces Hakujaden, el primer largometraje japonés a color, que no solo fue uno de los primeros en ser emitido en el extranjero, si no que demostró las capacidades de la inexperta industria animada japonesa e inspiró a las futuras mentes maestras de la animación como Hayao Miyazaki e Isao Takahata

Tiempo después, el anime seguiría en crecimiento y llegaría a la televisión japonesa y americana con la serie animada Astro Boy, que fue un éxito en ambos lugares. A partir de allí, se crearon las clasificaciones del anime como el shonen, acción para hombres adolescentes; el shojo, romance para mujeres jóvenes; y el seinen, dirigido a hombres mayores. Cada uno de estos con una audiencia específica y una temática diferente, lo que ofrecía una amplia gama de elecciones de entretenimiento. Los 70’s parecían ser la mejor época para el anime; sin embargo, debido a la creciente competencia internacional, muchos estudios de animación japonesa tuvieron que recortar personal o cerrar. Aún así, nacieron animaciones y estudios que lograron seguir adelante y marcar un reinicio en el anime, cómo el reconocido Studio Ghibli. Asimismo, se crearon revistas que ayudaron a dar fuerza al reconocimiento de la animación japonesa y nacieron los géneros animados como el mecha, de robots futuristas y el isekai, de viajes a otras dimensiones, entre otros, lo que ofreció mucha variedad a su audiencia. 

Los frutos de una evolución que no para de avanzar 

A finales de los noventa, en Japón se transmitían más de 100 series animadas diferentes, entre éstas, Dragon Ball Z, la más destacada por ser traducida a doce idiomas y emitida en 80 países, y Neon Genesis Evangelion, que no sólo sobresalió en su género animado, el mecha, si no que en su serie original, su película y en su secuela recaudó aproximadamente 14 billones de dólares, posicionándose así como una de las franquicias más exitosas de las series animadas japonesas. A inicios del nuevo siglo, se incrementó la creación de animes y junto a esto, nacieron más géneros animados, además se hicieron nuevas adaptaciones de series antiguas que siguieron siendo un éxito. El logro más grande de la industria japonesa ha sido alcanzado por la película animada El viaje de Chihiro, del reconocido Studio Ghibli, la primera y única producción japonesa en ganar un premio Oscar a mejor película animada y el Oso de oro en el festival cinematográfico de Berlín, esto, y su recaudo de 274 millones de dólares a nivel mundial, la reconocieron como la película animada más exitosa.

En conclusión, a pesar de la gran competencia a la que el anime tuvo que enfrentarse, a las crisis de la falta de recursos, de ataques que lo hicieron animar cortometrajes con intereses particulares, de llegar a una etapa de gloria y volver a ser golpeada por su rival extranjero, el anime es una industria de entretenimiento que sigue en crecimiento y con una audiencia, ahora a nivel mundial, que aclama sus animaciones. Una industria con pocos premios hasta ahora, pero que sigue en auge y que, de seguro, ganará más reconocimientos globales.