Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

14 de mayo de 2015

Corea del Sur: perspectiva de un joven bogotano

Por: Andrés Felipe Vega Pinto / @vegapintoandres

La siguiente reflexión ofrece una pequeña aproximación a los coreanos, su cultura y su país. Después de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), el primero con este país, es importante conocer pequeños detalles que harán del comercio y las relaciones bilaterales un punto fundamental para que Colombia obtenga el máximo provecho del acuerdo en cuestión.

Para hablar de los coreanos, primero debemos tener una breve aproximación en torno a dónde están y quiénes son. La República de Corea está localizada en el continente asiático. Tiene una extensión de 99,720 kilómetros cuadrados y su única  frontera terrestre es de 237 kilómetros con Corea del Norte. Su población, estimada a 2014, fue de 49,039,986 de habitantes y, en su mayoría, son cristianos y budistas con un 31,6% y 24,2% respectivamente. Su capital es Seúl y tiene, como idioma oficial, el coreano (Central Inteligence Agency [CIA], s.f.).

Tales son algunos rasgos básicos del país, ubicado a más de 10.000 kilómetros de Colombia, donde decidí radicarme por un tiempo. Pero, ¿por qué tomar la determinación de viajar a Corea del Sur? ¿Cuál es mi nexo con este país? ¿Es difícil vivir allá?¿Qué tal es Corea del Sur en temas de seguridad? ¿Corea del Norte invadirá a Corea del Sur? ¿Cómo es la experiencia de residir en un país asiático para un colombiano? Todas estas preguntas pasaron por mi cabeza, así como por la de familiares y amigos, hasta que se fueron respondiendo, poco a poco, a lo largo de esta experiencia.

De Colombia a Corea

El pasado verano llegué a Corea del Sur con todas estas y muchas más preguntas. Los nervios eran casi obvios, en medio de la emoción que se sentía el estar viajando a un sitio totalmente desconocido para mí. Luego de ver unos videos sobre Seúl y de preguntarle a algunos amigos que habían tenido la oportunidad de viajar a este país, estaba listo para empezar una experiencia maravillosa. Era el momento de vivirla por mis propios ojos.

El motivo por el cuál escogí este país está basado en un antecedente familiar. Mis dos abuelos viajaron a Corea del Sur, en la década del 50, para luchar por un pueblo que no conocían y que, mucho menos, sabían que existía. Era un viaje en el cual tenían un cupo asegurado de ida, pero no uno de vuelta. Al igual que estos dos héroes, 5200 hombres salieron de Colombia, con rumbo a Corea del Sur, en el marco de las Naciones Unidas. Es así como Colombia fue el único país latinoamericano que envió tropas a la Guerra de Corea que enfrentó al norte y al sur del paralelo 38 en dicha península. Como conclusión a todo lo anterior, podemos decir que la relación entre Corea del Sur y Colombia es de total hermandad. En un reportaje periodístico Wallace (2013), quien trabaja para la British Broadcasting Corporation (BBC) de Londres, afirmó que “cuando el 27 de julio de 1953 se firmó el armisticio que puso fin a las hostilidades, las bajas colombianas sumaban 196 muertos y desaparecidos, y más de 400 heridos”. Si tan sólo un herido o desaparecido era suficientemente importante, ahora, podrán imaginarse, con una cifra tan alta, el nivel de respeto hacia los colombianos en Corea del Sur, sobre todo por parte de los ancianos, quienes vivieron la guerra de primera mano. Ellos saben lo duro que fue y, por ende, tienen un gran aprecio por el pueblo colombiano, sobretodo, por los que fueron a la guerra.

El choque cultural entre occidente y oriente es inmenso. Los cambios se dan desde el saludo hasta la forma en la que se habla. En coreano, se tienen tres formas para hablar: la primera es de sumo respeto y distancia; la segunda, está dada para personas que no se conocen y para los mayores; y, por último, la amistosa o como se dirigen a las personas menores. Cada una de ellas está claramente diferenciada y es de altísima relevancia a la hora de hablar con alguien o escribirle.

Otro punto importante es que, a diferencia de Colombia, se saluda con una leve inclinación de la cabeza y del tronco del cuerpo para mostrar respeto y, generalmente, se acompaña del gesto de estrechar las manos derechas, sosteniéndolas con la mano izquierda. Los besos de saludo en la mejilla son raros entre los surcoreanos, aunque es posible verlos de vez en cuando, sobretodo la persona en cuestión ha vivido en algún país occidental. Ellos sabrán diferenciar entre ambas culturas de forma rápida.

La importancia del protocolo

La importancia de conocer todo el protocolo de la cultura coreana en el ambiente diplomático y laboral serán claves para tener una negociación provechosa. El saber presentarse a un coreano, entregar de manera adecuada la tarjeta de presentación y hablar coreano son de los puntos que más cuestan y resultan definitivos para realizar negocios. Además de ellos, en las negociaciones, por lo general, se incluyen buenos buffets y bebidas alcohólicas para que el cliente se sienta satisfecho a la hora de hacer la compra y, así mismo, se rompa un poco con los esquemas estrictos que manejan. Por último, considero que los coreanos están muy pendientes y orgullosos de su cultura e idioma. Por ende, el hecho de negociar en su idioma, con un extranjero, genera una empatía mayor y aumenta la posibilidad de realizar la negociación con esa persona, en lugar de otra que esté negociando en inglés u otro idioma.

La conectividad y penetración del Internet en el país asiático es increíble. Hay acceso a Internet inalámbrico en casi todos los lugares: aeropuertos, clínicas, restaurantes, hoteles, colegios, metro, buses, taxis, entre otro. Se puede estar a siete pisos bajo tierra y la intensidad de la red es de un ciento por ciento y ni hablar de su rapidez de descarga. Hay puntos de la ciudad en los que ya se está implementando el 5G, mientras que, en Colombia, hasta ahora, está llegando la tecnología 4G. Es así como, este país, tiene [1]uno de los índices más altos en el mundo en conectividad y cobertura a Internet.

En cuanto a Seúl, ciudad en la que viví, se puede decir que ofrece un contraste mágico entre lo moderno y lo histórico. Tiene templos maravillosos que están ubicados en la ciudad y, a su vez, tiene edificaciones futuristas. El más claro ejemplo es ver la gran diferencia entre Dongdaemun Design Plaza (DDP) (Seoul Design Foundation [SDF], s.f.) y el Palacio de Changdeokgung (Changdeokgung – World Cultural Heritage, s.f.). Esto es sólo el comienzo de lo que la ciudad ofrece. En suma, se encuentra variedad, diseño, tradición y modernidad en un lugar.

En conclusión, estas son algunas de las muchas facetas que pude ver y vivir en el continente asiático. Guardo conmigo un poco de la idiosincracia coreana que, a pesar de ser un poco diferente de la colombiana, tiene muchos aspectos buenos por ofrecer[1].

Recomendados Libre Pensador:

Central Intelligence Agency [CIA].-  The World Factbook

Changdeokgung – World Cultural Heritage (s.f.). Changdeokgung – World Cultural Heritage

Seoul Design Foundation [SDF] –  Introduction on Dongdaeum Design Plaza and Park

Solano, A.F – Corea, en los ojos de un escritor colombiano

Wallace, A. –  Los soldados colombianos que combatieron en la Guerra de Corea

[1] Para profundizar sobre Corea del Sur desde la perspectiva de un colombiano, consultar Solano (2015).