9 de febrero de 2015
Casi, casi, pero no! El referendo por la independencia de Escocia
Por: Ana María Arango D.
Después de 307 años de unión, Escocia decidió por referendo… seguir unido a Inglaterra. Después de meses de intensas campañas políticas tanto por el Si (a la independencia) como por el No (a la separación), cerca del 55% de los escoceses decidió que su futuro seguirá unido al de los ingleses.
El llamamiento al referendo resultó sorpresivo para un planeta más que acostumbrado a entender al Reino Unido como eso, una unión; pero más sorpresivo aún fue el resultado. Con casi 10 puntos de diferencia, Escocia decidió seguir compartiendo su soberanía con otros tantos, y con ello, dejar temas como la defensa, la seguridad social y la hacienda pública en manos de un parlamento mayoritariamente de derecha, cuando Escocia se mantiene, también mayoritariamente, a la izquierda.
El debate por la independencia de escocia tenía (tiene y seguirá teniendo, al menos eso se espera después de que algo menos de la mitad de los escoceses quiere la independencia) un fundamento ideológico pero bajo él, sobre él y claramente permeando todas las discusiones, las razones de unos y otros, son económicas.
Mejor solo que mal acompañado
Desde hace dos años, el Alex Salmond, Primer Ministro de Escocia, venía preparando el referendo que tuvo lugar el 18 de septiembre. Su argumento era básicamente uno: Escocia debe ejercer su derecho a la autodeterminación y con ella, crear el tipo de sociedad que los escoceses quieren, es decir, un Estado de Bienestar financiado por las ganancias del petróleo (muy al estilo Noruego).
El argumento fue decisivo en la campaña por el Si, en tanto la política social de todo el Reino Unido es manejada desde Londres y la aproximación a una política social más paternalista es contraria a la ideología imperante en Inglaterra (que va del centro derecha a la derecha y viceversa), y en tal sentido las aspiraciones sociales Escocesas no tienen ningún futuro al ser debatidas en un parlamento compartido, del que son una minoría.
De otra parte, Salmond y los partidarios del Si aseguraron hasta el cansancio que con el petróleo que tiene Escocia (cercano al 90% del total del petróleo del Reino Unido, que a su vez es el mayor exportador del crudo de toda la Unión Europea), podrían financiar no solamente las reformas sociales, sino además, convertirse en una sólida economía capaz de competir a nivel internacional.
Pero las separaciones son una hecatombe económica
La campaña del No, que fue cogiendo fuerza en los meses previos al referendo, fundamentó su argumento en que los cálculos de los escoceses sobre el precio del petróleo eran demasiado “optimistas” y que tampoco estaban teniendo en cuenta que el éxito de esa industria, radica precisamente en el respaldo que ofrece el Reino Unido y tampoco, que el petróleo es cada vez mas costoso de extraer y en tal sentido, las ganancias son cada vez menores y peor aún, el petróleo es un bien no renovable, y fundamentar la economía solamente en un producto que tiende a agotarse parece un suicidio.
Una economía monoproductora y en tal sentido altísimamente dependiente de una sola industria, es demasiado susceptible a las crisis económicas, según advirtió Standard & Poor. De hecho, la enorme industria financiera y bancaria asentada en suelo escoces, supera 12 veces el tamaño de lo que sería la economía de una Escocia independiente, razón por la cual, algunas de las más importantes firmas financieras de ese país habían anunciado su traslado a Londres en caso de que hubiese ganado el Si, entre otras, por que muchas de ellas todavía tienen deudas con el fisco inglés después de la operación de rescate que los sacó de la recesión económica de principios de esta década.
En resumen, la campaña por el No se encargó de informar a los escoceses sobre las posibles consecuencias que sobre su economía, tendría una eventual independencia: inciertas de una parte y sombrías de la otra.
¿Y ahora qué?
Habiendo ganado el No a la separación de Escocia, tanto los escoceses, como su petróleo, sus bancos y sus políticas social, de defensa y de hacienda, seguirán perteneciendo al Reino Unido. Solo el tiempo dirá si el Primer Ministro Inglés David Cámeron, cumple las promesas de dádivas que hizo a los escoceses para que votaran por el No, después de declarar que los ingleses querían “desesperadamente” que se quedaran en el Reino Unido.
Pero otra consecuencia del No en Escocia, la tendrán que pagar los Catalanes que esperan tener su propio referendo para definir si se quedan o no en España. La permanencia de Escocia en el Reino Unido, sienta un precedente que entra a reforzar las pretensiones de quienes abogan por la unidad del país ibérico, su política social, su economía y su hacienda pública.
Recomendados Libre Pensador:
CNN en español – 5 razones económicas para preocuparse por la independencia de Escocia
Washington Post – The economic case against Scottish Independence
El Economista – RBS y Lloyds se trasladarán a Londres si gana el ‘sí’ a la independencia de Escocia