Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

3 de julio de 2016

Adopción homoparental: las dos caras de Europa

Por: Ramón Galvis - Cátedra Europa.

La Unión Europea supone ser una región donde prima la igualdad en materia de derechos. Sin embargo, no en todas las naciones de la UE la igualdad de derechos prevalece en materia de adopción por parte de parejas del mismo sexo, ni tampoco en el derecho de los niños a ser adoptados. El marco jurídico e institucional de la Unión Europea es homogéneo, vela por el cumplimento de los derechos humanos de las personas sin discriminación por razones de sexo, religión, raza u orientación sexual. No obstante, en la práctica hay muchas contradicciones frente a este tema.

Existen varios países al interior de la Unión Europea que han aprobado la adopción por parte de parejas homosexuales durante la última década. Pero, pese a que cada nación es independiente jurídicamente y legislativamente, no en todas las naciones de la se han reconocido estos derechos. Es el caso de Lituania o Polonia, países en los cuales ni si quiera se ha reconocido la unión civil por parte de parejas del mismo sexo.

La fractura social en la adopción igualitaria

Existe una frontera visible dentro de los Estados miembros de la UE:  de un lado, aquellos que respaldan el libre desarrollo de la personalidad y los derechos de la comunidad LGTBI, y del otro, aquellos que aún se niegan a hacerlo. Por una parte, puede desarrollarse libremente la personalidad, y también hablarse y expresarse libremente frente al tema, y del otro existen estigmas que no permiten que las personas desarrollen libremente su pensamiento. Si se piensa en países como el Reino Unido, Francia, o Holanda, se puede estar seguro de que los homosexuales tienen exactamente los mismos derechos que las personas heterosexuales, pueden contraer matrimonio y adoptar conjuntamente o individualmente, ya que ante su legislación esto es un factor indiferente. Existen diferentes marchas de orgullo, las personas pueden expresarse libremente y ello no será una causal para que su vida se vea afectada en ningún aspecto, hay un nivel de tolerancia elevado y no se violan los derechos de estas personas, ni tampoco se les niega la posibilidad a los niños a crecer dentro de una familia.

Si en cambio nos centramos únicamente en el análisis de los Estados miembros que conformaban la antigua Unión Soviética (1989), encontramos que aún se encuentra una fuerte influencia ideológica que mantiene barreras y diferencias sociales y culturales respecto de los países de Europa occidental. Un ejemplo de lo anterior es como en esos países no se puede desarrollar abiertamente una orientación sexual, ni hablar libremente de la homosexualidad y mucho menos de adopción homoparental, ya que es un tema visto con repudio y tabú. No se garantizan los derechos, y se piensa que la adopción homoparental generara problemas psicológicos a los niños adoptados. Así lo sostiene Maxim Eristavi, activista y político gay ucraniano que afirma que más allá de una crisis político-militar, su país vive una crisis socio-cultural. Eristavi describe como es la vida de un homosexual en Ucrania: en este país el 70% de la población aun considera que ser homosexual es una enfermedad, por lo cual este activista decide tapar su rostro en las marchas. Afirma que en este país europeo de más de 40 millones de personas el ser homosexual no solo puede destruir su vida, sino también le puede costar la misma. Los miembros de la comunidad LGTB de Ucrania dicen no ver la luz al final del túnel, pues es común escuchar afirmaciones despectivas como la del parlamentario Volodymyr Groisman: “Ucrania nunca tendrá matrimonios por parte de parejas del mismo sexo, Dios nos ayuda, por ende eso no pasará.” Declaraciones como esta reflejan como la religión ortodoxa y la cultura fuertemente conservadora forjada por el régimen comunista, son un enorme obstáculo que impide que sean reconocidos los derechos a esta comunidad.

Similar es el caso de Hungría, contado por un sujeto que se hace llamar “Janos” para mantener su identidad oculta. Él afirma que la constitución húngara es bastante discriminatoria en cuanto a los derechos de estas personas se refiere, pues no se les reconoce como iguales ante la ley, es decir no tienen los mismos derechos que una persona heterosexual. Además de ello, afirma que el gobierno junto a grupos de extrema derecha respaldan propaganda anti gay y homofóbica.

Tanto en Hungría como en Ucrania la adopción por parte de personas del mismo sexo no está permitida. Los parlamentos de ambos países no aprueban el tema porque sus parlamentarios votan en contra a causa de que tienen una ideología conservadora, su religión va en contra de ello, son homofóbicos, por otro lado hablan de posibles problemas psicológicos, emocionales, sociales o incluso de salud que podrían tener los niños adoptados, o dicen representar las mayorías que no están de acuerdo con el tema, pero no tienen en cuenta que se está yendo en contra de los derechos de las minorías a formar una familia, y también de los niños huérfanos a pertenecer a una.

El centro ético del debate de la adopción homoparental

Pese a que es un problema en la actualidad de países como Ucrania o Polonia, estos no ven la adopción homoparental como solución frente a los miles de niños huérfanos, aunque numerosos estudios sobre los niños que han crecido en familias con dos papás o dos mamás aseguran que su desarrollo no se ve afectado por esta condición familiar. Por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría analizó por más de 30 años el tema, y demostró que no hay efectos en la salud o en el bienestar físico y emocional que se deriven de la orientación sexual de sus padres. Por otro lado, la Universidad de Birkbeck, en Londres, concluyó en otro meta-análisis que los procesos de desarrollo de todos los niños eran similares cuando éstos tenían padres homosexuales o heterosexuales. Sentenció, además, que “el desarrollo óptimo de los menores de edad parece estar más influenciado por la naturaleza de las relaciones y las interacciones en el núcleo familiar, que por la estructura de éste”. Es claro entonces, que el crecimiento de los niños se ve afectado por los valores inculcados y la forma en que los padres los crían, independientemente de su orientación sexual.

¿Por qué es tan difícil avanzar en estos temas?

Si bien una parte de Europa es líder en el tema, la otra parece sumirse en el atraso. El porque puede ser más de una causa, pero dentro de ellas, destacan la cultura arraigada al conservatismo que deja un régimen hegemónico, los nacionalismos de países como Polonia – que suponen que cada ciudadano debe ser una persona ejemplar (lo cual choca con la libertad) – también la fuerte influencia que tiene la religión (bien sea católica u ortodoxa). Por último, se destacan las migraciones, las personas jóvenes y en general las personas de la comunidad LGTB, migran de sus países cuando sienten que no pueden llevar a cabo la vida que quieren, cuando sienten que sus derechos no se llevan a cabalidad o simplemente no los tienen. Las personas de la comunidad LGTB se van a países de Europa occidental donde pueden conformar una familia, dejando en su país de origen a las personas de más edad, lo cual hace que lograr un cambio sea más complejo, pues es difícil cambiar las costumbres de personas de edad, y más cuando son la mayoría.

Es evidente que estas personas temen que el ser gay puede llegar a afectar su vida. La comunidad LGTB de los países que pertenecían al régimen soviético temen incluso hablar del tema. Lo anterior nos muestra una realidad totalmente contradictoria a lo que los principios de la Unión Europea establecen y por eso es válido cuestionarse si en realidad esta región del mundo es la más avanzada en este tema. Puede ser cierto que en los países de Europa occidental hay una cultura tolerante en la cual las personas pueden desarrollar libremente su vida y conformar una familia independientemente de su orientación sexual, tienen todos los derechos, las garantías y no son discriminados bajo ninguna circunstancia, pero es necesario que más allá de la no discriminación se pase a un reconocimiento social de estas personas y familias, para que no sigan viéndose como “diferentes”.

Referencias El Libre Pensador:

El Libre Pensador – Correa, Andrés Felipe. Unión Europea: sin diversidad dentro de la diversidad.

It´s conceivable – LGTB Adoption: interview with forever families through adoption.

Politico.eu – `I´m gay in Ukraine and my country despises me´.