Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

8 de junio de 2016

La economía japonesa: balance 2015, expectativas 2016

Por: Andrés Macías

Japón inició el 2015 como la tercera economía más grande del mundo, aunque su ritmo de crecimiento se ha venido desacelerando desde el 2011. Los estragos ocasionados por el tsunami en 2011 llevaron al gobierno japonés a plantear una serie de reformas económicas, bautizadas por la prensa como Abenomics, con el fin de llevar al país de nuevo por la senda del crecimiento; sin embargo, los resultados no han sido tan satisfactorios como se esperaba y persiste una gran incertidumbre frente al desempeño económico en los años venideros.

Japón, un gigante en decrecimiento

Japón inició el 2015 como la tercera economía más grande del mundo -de acuerdo a las bases de datos del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la  Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)-, aunque su ritmo de crecimiento se ha venido desacelerando desde el 2011. Mientras que en 2010 el Producto Interno Bruto (PIB) japonés creció un 4.7%, en 2011 ese porcentaje se redujo a -0.5, afectado, en gran medida, por el impacto que generó el desafortunado tsunami en marzo de ese año. Los años siguientes mostraron una ligera mejoría, al reportar un crecimiento del 1.8% en 2012 y 1.6% en 2013, pero en 2014 ese mismo indicador volvió a caer a -0.1% (Banco Mundial [BM], s.f.). Los estragos ocasionados por el tsunami llevaron al gobierno japonés a plantear una serie de reformas económicas, que fueron bautizadas por la prensa como Abenomics, con el fin de llevar al país de nuevo por la senda del crecimiento; sin embargo, los resultados no han sido tan satisfactorios como se esperaba y persiste una gran incertidumbre frente al desempeño económico de los años venideros.

El actual Primer Ministro Shinzo Abe, quien llegó al poder a finales del 2012, buscó resolver las dificultades económicas de su país a través de tres iniciativas: una política fiscal flexible, una fuerte política monetaria y reformas estructurales del sector. La primera iniciativa buscaba aumentar la inversión estatal, para así dinamizar la economía, permitir un mayor nivel de ingresos en el sector privado e impulsar el consumo. La segunda estaba orientada a ampliar el circulante, alcanzar una tasa de inflación de 2% –una meta ambiciosa para un país que, tradicionalmente, ha tenido una inflación cercana a 0%- y expandir las exportaciones, sacando ventaja de la depreciación del yen frente al dólar. La tercera y última correspondía a fomentar un incremento en los salarios y, especialmente, aumentar el impuesto al consumo de 5% a 8% en 2014 y a 10% para 2015. El comportamiento de la economía en 2013 generó expectativas muy positivas frente a los Abenomics, pero el resultado de 2014 dejó enormes dudas de las reformas.

Elementos para un balance

En lo que va corrido del 2015, la devaluación del yen sigue en pie: a mediados de enero, la tasa de cambio estaba en 116 yenes por cada dólar estadounidense y, a principios de diciembre, se encontraba en 123 yenes por dólar. El manejo que se le ha dado a la tasa de cambio representó un incentivo directo a las exportaciones, las cuales, junto con el consumo interno, han mantenido niveles muy positivos. No obstante, la inversión privada ha disminuido y la economía se ha contraído en los últimos dos bimestres, llevándola, nuevamente, a niveles de recesión (Focus Economics, 2015). Sumado a esto, varias de las medidas esperadas por el gobierno no han llegado a buen término: por un lado, si bien el impuesto al consumo aumentó a 8% en 2014, la desaceleración económica impidió que se aprobará un nuevo aumento en 2015; por otro lado, gran parte del sector privado aún desconfía de las reformas económicas y de su sostenibilidad, razón por la cual no ha mostrado indicios de aumentar los salarios, un elemento con el que el gobierno esperaba expandir el consumo interno.

Igualmente, hay que tener en cuenta que los resultados económicos de Japón no dependen únicamente de las reformas internas en la materia. En 2015, la economía se vio directa y profundamente afectada, por lo menos, por dos factores externos: la economía de China y el precio del petróleo. China ha sido, tradicionalmente, uno de los principales socios comerciales de Japón, pero la demanda por productos japoneses proveniente de ese país -y también de otros países asiáticos-, se ha disminuido considerablemente (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico [OCDE], 2015). Esa situación ha afectado drásticamente uno de los pilares de los Abenomics: las exportaciones. Por su parte, la crisis de los precios del petróleo ha desincentivado el incremento de los precios de los productos en Japón en general, lo cual ha hecho aún más difícil llegar a la meta de 2% de inflación como se esperaba.

Abenomics 2.0: ¿razones para el optimismo?

La respuesta del gobierno no se hizo esperar y en septiembre pasado se lanzaron nuevas reformas que se denominaron Abenomics 2.0. Estas nuevas iniciativas, además de reforzar lo que ya se venía implementando, tienen como objetivo alcanzar un ritmo de crecimiento anual de 2%. Entre los elementos más destacados de las propuestas del gobierno, se mantiene el interés de lograr que el impuesto al consumo llegue al 10% en 2017 y que el tamaño de la población no disminuya en las próximas décadas, para lo cual se planea elaborar programas que fomenten una mayor fertilidad y mejor asistencia para los hogares japoneses.

Las expectativas en torno al impacto de estas reformas aún guardan un poco de optimismo y, tanto la OCDE como el FMI, esperan que en 2016, la economía de Japón crezca, por lo menos, a una tasa de 1%. Además, este optimismo responde, entre otros factores, a la firma del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés), un acuerdo comercial que le abre grandes oportunidades a las exportaciones japonesas. Sin embargo, ese optimismo guarda un poco de recelo frente a la sostenibilidad de las medidas gubernamentales en materia económica, ya que el aumento del impuesto al consumo, de llegarse a dar en 2017, podría tener, nuevamente, un impacto negativo, de la misma forma como ya sucedió en 2014.

Recomendados El Libre Pensador:

Banco Mundial [BM]. (s.f). Datos de libre acceso del Banco Mundial

Focus Economics. (2015). Japan Economic Outlook

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico [OCDE]. (2015). Economic forecast summary (November 2015)