Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

14 de julio de 2015

¡Horrografía!

Por: Camila Andrea Molano Jiménez

Escribir bien no es solo una cuestión de educación, sino también de cultura. Los jóvenes de hoy son los que se esperaría que tuvieran mejor escritura, que los adultos, ya que antes existían más tasas de analfabetismo y pocas personas podían acceder a la educación secundaria. Sin embargo, ahora la educación se ha despreocupado por exigir un buen uso de la lengua, en especial de la ortografía. Desafortunadamente, con el pasar de los años, es notorio que los jóvenes no le prestan atención a su buena escritura, porque la tecnología ha hecho de ello una herramienta que controlan mediante los aparatos electrónicos, pero estos, pese a lo que se piense, no saben de interpretación; por tanto, también se equivocan. Así que si se desea tener buena ortografía, una herramienta infalible es la lectura y la consulta de diccionarios electrónicos como los que brinda la RAE: para ello sí es efectiva la tecnología.

Malos hábitos 

La buena comunicación se relaciona con la manera de escribir. Desde niños, la escritura ha sido una lección importante que debe irse perfeccionando con la experiencia y el paso de los años. Es por eso, que el dominio de la ortografía es la base fundamental del lenguaje escrito. En un artículo publicado por el periódico La Vanguardia, se afirma que en Facebook la falta de buena ortografía y estilo es mayor, a lo que Salvador Gutiérrez, académico de la RAE, respondió: “Eso es cierto. Los correos electrónicos han resucitado el género epistolar. Sin embargo, su carácter efímero y la rapidez con que se escriben hacen que sean menos cuidados, menos corregidos”

Hoy en día, la sociedad ha creado prejuicios elitistas donde desde los jóvenes hasta los más adultos de estratos bajos, son los que tienen mala ortografía o no saben escribir. Lo anterior, se cree porque la educación de las personas con escasos recursos es de menor calidad, si se compara con la de las personas que, afortunadamente, logran acceder a colegios con mayor prestigio, pero incluso  así los maestros se han olvidado del tema de nivel ortográfico en los jóvenes. Es común ver en las redes sociales, cómo los jóvenes no utilizan bien su idioma, haciendo de este un garabato— sin forma y sin sentido— con símbolos, abreviaturas, combinación de mayúsculas y minúsculas. Son errores en su mayoría voluntarios, pues escribir mal se ha convertido en una moda viral, que delata la pereza y el desinterés por escribir correctamente. Y es que en todos los estratos, independientemente, de la calidad de la educación que se ha recibido, se advierte, se evidencia esta enfermedad. Puede ser que la enseñanza de escribir haya mejorado, pero aun así el nivel de exigencia que se da ahora en la educación ha hecho disminuir el aprendizaje de quienes lo practican. La mala ortografía solo depende del uso que se le dé, de la continua práctica que se haga de ella y de la voluntad propia con la intención de querer aprender a usar su idioma en el modo correcto. Como afirma Donald McCloskey, “el contenido puede perderse parcial o incluso totalmente cuando se expone con mala sintaxis, errores ortográficos, pautas de citación improvisadas, series estadísticas y gráficos mal organizados o un estilo farragoso” en donde recalca que el contenido es tan importante como la forma.

Autocorrector alcahueta

Según la RAE (Real Academia de la Lengua Española), la ortografía es “parte de la gramática, que enseña a escribir correctamente por el acertado empleo de las letras y de los signos auxiliares de la escritura”. Antiguamente, el dictado era la manera de evaluar y diagnosticar el aprendizaje de la lengua escrita, ya que esta requiere de práctica constante, ejercicios y entrenamiento. Ahora, esto ha sido reemplazado por la herramienta que va de la mano con los aparatos electrónicos, el auto corrector. “procedimiento de codificación que permite determinar la exactitud de la información obtenida” (Diccionario Enciclopédico Vol 1. 2009). Este se ha convertido en el mecanismo que los jóvenes utilizan y que así no necesitan saber de ortografía porque este les corrige todo lo que se va escribiendo. Hoy en día, hay autocorrector en todos los medios tecnológicos como; Google, Whatsapp, Facebook, Twitter, Microsoft Office etc., todas las funciones de los celulares y computadores. Aunque es una herramienta útil, también invita a los jóvenes a confiarse en él, y a no querer aprender por su propia cuenta. Recuérdese que ningún autocorrector sabe de interpretación; es decir, hay términos que tienen diferente acentuación dependiendo de lo que se quiera decir, verbigracia: público, publicó y publico. Equivocarse en este tipo de casos es común y se requiere, entonces, de conocimiento. Por ello, debido al escaso manejo ortográfico y escritural que tienen los estudiantes  que salen del bachillerato, las universidades han creado materias para ayudar a los jóvenes y adultos a mejorar la escritura en su lengua materna.  La academia es consciente de esta necesidad porque sabe que  ¡LA MALA ORTOGRAFÍA ES UNA ENFERMEDAD DE TRANSMISIÓN TEXTUAL, PROTÉGETE!

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