Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

21 de marzo de 2018

¿Estamos en camino hacia la criptoeconomía?

Por: Juliana Para

El BITCOIN se disponía a intentar revolucionar el sistema monetario internacional y a desafiar la hegemonía de las instituciones financieras como las conocemos, pero, con un sistema lejos de ser perfecto, la criptoeconomía podría estar tan cerca de revolucionar la economía como de acabar con la misma.

BITCOIN: ¿revolución monetaria?

Transacciones electrónicas blindadas contra fraudes mediante nodos interconectados alrededor del mundo, realizadas mediante monedas virtuales, certificadas digitalmente, cuya emisión es descentralizada, con un alto control de titularidad y respaldadas únicamente con la confianza de los tenedores, fue la solución que propuso Satoshi Nakamoto en 2008 ante los riesgos y los costos de intermediación inherentes a las transacciones comerciales por Internet.

Satoshi Nakamoto no es más que un seudónimo para él, la o los creadores del BITCOIN, que se esparaba fuera la revolución monetaria, posible gracias al blockchain, la tecnología detrás de la producción de la criptomoneda y de la verificación constante de las transacciones, que además promete no solo alimentar  alternativas monetarias, sino expandir las posibilidades de todo tipo de sistemas que requieren de la verificación de transacciones.

Después del lanzamiento del BITCOIN y el crecimiento de la confianza inversionista, empezaron a surgir otras criptomonedas o ALTCOINS como el ETHERUM, MONERO o STEAM, la mayoría con la intención de tomar su tecnología y mejorarla. De hecho, en los últimos 2 años, el valor de BITCOIN ha crecido más de un 900%, cada uno ya es valorado en el mercado en $5.587,81 USD, se hacen más de 304.000[1] transacciones y cada vez son más las personas que se suman a la cadena de producción y de intercambio del blockchain.

¿Requiém por el papel moneda?

Sin embargo, a pesar de los crecimientos positivos de las criptomonedas, el sistema está todavía lejos de migrar completamente a la desmaterialización del dinero. Ya que pesar de los esfuerzos de sus creadores en desarrollar un sistema económico autónomo, sostenible y seguro, el BITCOIN y las demás criptomonedas siguen siendo inversiones altamente riesgosas, sin ninguna garantía y con la mala fama de ser facilitadoras de actividades ilícitas. Inclusive, hay expertos que aseguran que no es más que una burbuja especulativa propensa a estallar en cualquier momento y capaz de afectar la economía mundial en el proceso.

Además, están los riesgos regulatorios, pues a pesar de que el BITCOINS y las demás ALTCOINS son de emisión descentralizada, cualquier prohibición en economías de gran tamaño se verían inmediatamente reflejadas en su precio. De hecho, este año el BITCOIN registró su más grande pérdida de valor justo después que el gobierno chino decidiera prohibir las ofertas iniciales y las transacciones con la moneda en su territorio. La medida generó pánico entre los tenedores, pues en este país se mueven 90% de las transacciones y es hogar de gran parte de los ‘mineros’ de BITCOIN del mundo, lo que desplomó el precio de la moneda.

Pero, aunque esta súbita caída del precio generó pánico y logró levantar serias dudas sobre la sostenibilidad del BITCOIN, hoy se ha recuperado totalmente, elevando nuevamente su valor por encima de sus máximos históricos, sin desencadenar una ola regulatoria catastrófica para el futuro de las criptomonedas.

Colombia ante la criptoeconomía

Colombia, por su parte, no ha tomado ninguna decisión sobre los aspectos legales del caso y, por el momento, el Banco de la Republica se ha limitado a recordar, en un comunicado del 18 de julio de 2017 que el Peso es la única moneda oficial de la nación, y las denominadas monedas virtuales, específicamente el BITCOIN, “no constituye un medio de pago de curso legal con poder liberatorio ilimitado” (Banco de la República, 2017). Además, advierte que los compradores se hacen únicos responsables de las múltiples posibilidades de fraude o hackeo de billeteras virtuales, ya que las entidades públicas no se encuentran autorizadas para custodiar o intermediar estas transacciones.

Se han implementado medidas para mitigar los riesgos, como los esfuerzos de la Superintendencia Financiera por controlar la proliferación de negocios que promocionen o capten dinero en esquemas piramidales que usen criptomonedas como vehículo, pero, por el momento, los colombianos quedan, en gran medida, a su suerte para incursionar en la criptoeconomía.

Este es un ecosistema que hoy ya cuenta con más 30 criptomonedas, un número desconocido de tenedores, millones de billeteras virtuales, y mucha incertidumbre. No hay dudas de que el futuro de la economía residirá cada vez más en el ciberespacio, pero el mundo parece no estar listo para la desmaterialización del dinero todavía, ni los mismos gobiernos han podido decidirse sobre cómo deben reaccionar. Por el momento resta permanecer atentos, y en caso de decidirse a invertir, educarse muy bien y tomar las mismas precauciones de aquel que se dispone a andar con oro en los bolsillos.

[1] Para octubre de 2017. Para cifras actualizadas pueden seguir este link: https://blockchain.info/es/charts

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