Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

18 de marzo de 2015

Diálogos de paz en La Habana: ¡lo que dicen los medios!

Por: Duly Albarracin, Juanita Buitrago, Maria Alejandra Calderón y Ana Maria Leguizamón

La lucha por los derechos: ¿Un camino hacia la paz?

Colombia es uno de los países con mayor índice de violación de los derechos humanos, la mayoría de las veces a causa del conflicto armado interno protagonizado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Estado y los grupos paramilitares. Dicho conflicto influye de manera contundente en la situación socio-política y económica del país. El proceso de paz que se está llevando a cabo en La Habana (Cuba) desde el 18 de octubre de 2012, busca finalizar esta problemática que se ha mantenido por más de cincuenta años. Como en cualquier proceso político, este también implica una serie de obstáculos difíciles de sobrepasar, principalmente llegar a un acuerdo para conseguir la paz alrededor de los derechos de las víctimas, derechos que se han venido violando de forma sistemática.

Los aspectos políticos del proceso: duración y justicia

Hemos evidenciado varias posiciones en los medios periodísticos en relación a esta temática. Por un lado, El Espectador asume una posición que pone como principal causante del conflicto al Estado colombiano, ya que a lo largo del conflicto se ha hecho un mal uso del poder, y también cuestiona lo que Hernando Gómez llama la “impunidad para todos” (Gomez, 2015), por cuanto el proceso derivaría en una fuerte injusticia. Por otro lado, El Tiempo tiene una posición gobiernista, que enfatiza en una rápida solución negociada a dicha problemática. Otras fuentes tales como El País y Dinero han adoptado una postura más neutral.

Según el diario El País de Cali, al proceso en realidad le quedan años de negociación. En efecto, a pesar de que el gobierno quiere dar un aliciente al país con la esperanza de una paz cercana, la cual también constituye su principal interés político, esta no se ha evidenciado puesto que hay muchos aspectos pendientes por solucionar, en particular la administración de la justicia. Por ello las FARC han mostrado interés en esperar las elecciones regionales del 2015, dilatando el proceso, para ver cómo se pueden beneficiar del nuevo panorama político del país. Como lo observamnos, el forcejeo de intereses continúa.

Otro aspecto político de gran importancia, además de “la ilusión de una paz cercana”, es la igualdad social (tanto en la repartición de la riqueza, como a nivel regional), puesto que, como lo afirmó Rodrigo Uprimny en una de sus columnas del periódico El Espectador: “la intransigencia de Mandela en la lucha por el derecho a la igualdad fue lo que le permitió lograr la paz y la reconciliación”. En efecto, este aspecto es una ficha clave en el objetivo de alcanzar la paz. De hecho, El Espectador pone su mirada crítica en el Plan Nacional de Desarrollo, en el cual uno de los objetivos principales es precisamente “reducir la brecha de desigualdad presente en el país”.

William Ospina afirma en El Espectador que: “viendo la sociedad fragmentada, desgarrada moralmente, postrada en la pobreza y en la desconfianza, creen que será posible hacer primero la paz”(Ospina, 2014). La situación de la sociedad colombiana está marcada por la desconfianza frente a tantas injusticias cometidas, y esto no nos lleva hacia una verdadera reconciliación. El mal uso del poder por parte del Estado conllevó al país a una constante lucha por los derechos de las víctimas, lo cual fue determinante desde el inicio del conflicto, como lo afirma Ospina: “El estado respondió injustamente a los reclamos de unos campesinos que pedían respeto”. Esta afirmación subraya los actos inhumanos realizados por las fuerzas armadas e insiste en la idea de que el Estado colombiano nunca ha cumplido de manera adecuada con su principal función: “ejercer la soberanía de la población.”

Siguiendo a este medio periodístico (El Espectador) nos preguntamos, a quien debemos perdonar: ¿a las FARC o al Estado?, ¿a quién culpar por tantos actos atroces? Como lo afirma el procurador Ordoñez: “No puede haber acuerdo de paz con la impunidad que quieren las FARC” (El Espectador , 2015); pero tampoco podemos hablar de acuerdo sin la necesaria reconciliación de la población.

Los aspectos económicos y financieros del proceso de paz

Por otro lado, la prensa insiste en los gastos económicos onerosos en los cuales ha incurrido el gobierno Santos para llevar a cabo este proceso de paz, y que son pagados con los dineros públicos de los colombianos. El Espectador revisó los presupuestos de los años 2013 y 2014 y encontró que el gobierno ha gastado $59.590 millones en el 2013 para pagos a asesores, agencias de comunicación, encuestas, publicidad y demás. En el 2014, los pagos fueron de $45.411millones. En otras palabras, en el ultimo par de años la inversión del gobierno fue de $105.000 millones. Sin embargo, para algunos investigadores del conflicto como Eduardo Pizarro Leóngomez “la lucha armada ha sido inútil”, así lo mencionó en una entrevista para periódico El Tiempo. Pizarro recalca que los conflictos en Latinoamérica ya han desaparecido y que la persistencia del conflicto en Colombia representa para el país un verdadero atraso económico. Además, insiste en que, de no ser así, en este momento Colombia podría ser una gran potencia mundial.

Las inversiones en paz también han venido del exterior, ya que países como los Estados Unidos consideran que se trata de una “región muy importante”. Ahora bien, según la revista Dinero todos queremos la paz pero nadie debe engañarse: esta tardará bastante. Existe un consenso sobre los extraordinarios beneficios que esta traería al país, pero solo se pueden obtener después de pagar un alto precio. Gastos que además seguirán aumentado año tras año. Mientras tanto, la inversión militar continua. Por lo que tambien a nivel financiero, observamos un encuentro de argumentos contrarios.

Finalmente, es preciso afirmar que la prensa colombiana se encuentra dividida frente al proceso de paz. Por ende, es recomendable consultar aquellos periódicos más objetivos y más neutrales, como por ejemplo El País. En efecto, nos interesa poder acceder a la realidad compleja de nuestra paz. Resalta la visión crítica de El Espectador, particularmente del columnista Rodrigo Uprimny, quien nos recuerda la postura que debemos tener los ciudadanos frente a la coyuntura actual: “debemos luchar por nuestros derechos”.

Referencias El Libre Pensador:

El Tiempo – El derecho no puede ser un obstáculo para la paz: Corte Suprema. 

El Espectador – Una injusticia histórica. 

El Espectador – Los gastos que vienen con la paz.

El Espectador – “No puede haber acuerdo de paz con la impunidad que pretenden las FARC”: Ordóñez.

El País – ¿Por qué las FARC dicen que el proceso de paz no está en su recta final?

El País – “La violación de derechos en el Valle es alarmante”: defensor regional del Pueblo. 

El Espectador – Impunidad para todos. 

El Espectador – “Vamos a mirarnos en el espejo de nuestras atrocidades”.

El Espectador – Pa’ que se acabe la vaina. 

El Espectador – La paz y las reformas.

El Espectador – La lucha por el derecho. 

Los valiosos aportes de la prensa internacional al proceso de paz en Colombia

El proceso de paz de Colombia ha tenido un fuerte impacto en la opinión internacional, ya que los principales periódicos del mundo produjeron múltiples reacciones, de frente a los diferentes temas que se han venido tratando en la mesa de negociación de La Habana.

El portal de BBC News, en su artículo más reciente “What is at stake in the Colombian peace process?”, publicado el 15 de enero de 2015, menciona un creciente escepticismo en Colombia ante el alcance de una paz verdadera; y resalta la importancia de la participación de las víctimas en el proceso, así como la violación de sus derechos para tener en cuenta una penalización a los guerrilleros.

Fallas estructurales e institucionales

Otros periódicos internacionales analizan en profundidad aspectos determinados del proceso de paz. The Guardian en su artículo “Peace on the horizon in Colombia?” aborda la relación existente entre la descentralización de los recursos y el conflicto, pues la descentralización política en Colombia no incluyó los temas de la seguridad ni del control sobre determinados territorios, en los cuales la autoridad estatal tiene fuerte tendencia a desvanecerse. Por esto, a pesar del crecimiento económico sostenido que ha tenido el país en los últimos años, la desigualdad de ingresos e inequidad en la distribución de recursos es un fenómeno persistente, que conlleva a una inestabilidad social y la acentuación del conflicto; todo esto, en pleno proceso de paz. En consecuencia The Guardian plantea cinco recomendaciones para hacer de la descentralización un aliado y no un enemigo en el proceso de paz: en primer lugar, la expansión de las fuentes de ingresos locales e inversión hacia lugares donde la presencia estatal es mínima. En segundo lugar, un fortalecimiento de la capacidad administrativa en los municipios. También se observa la necesidad de una mayor prestación de servicios a los desplazados por la violencia en las ciudades. En cuarto lugar, la racionalización y coordinación de los múltiples planes de desarrollo (local, municipal, departamental y nacional). Por último, la reducción del desequilibrio en la asignación de recursos se hace indispensable para que, en especial las regalías de las industrias extractivas como el petróleo, se distribuyan de manera eficiente sin corrupción, y se disminuya de este modo su incidencia en el conflicto.

Un proceso apoyado por la comunidad internacional

Por su lado, El País de España aborda el tema del apoyo de la comunidad internacional al proceso. Resalta la extensión del apoyo a los diálogos de La Habana por parte de la OEA, mediante la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP) en diciembre del 2014, la cual tiene como objetivo “respaldar los procesos de paz, verificar y monitorear la política de paz del gobierno, y acompañar a las comunidades víctimas de la violencia”. También informa acerca de la opinión del diplomático británico Jonathan Powell, negociador en jefe del primer ministro Tony Blair con Irlanda del Norte, y actual asesor del presidente Santos, quien afirma que el proceso de paz en Colombia ha llegado a un “punto de no retorno”, y reitera la importancia de negociar con las FARC, haciéndoles saber que “la paz tiene un precio”.

También, varios periódicos o sitios web internacionales se centran en la participación de las víctimas en el proceso. The Economist y, en especial, ColombiaPeace.org ven este aspecto como clave para el reconocimiento de las mismas y las verdaderas garantías a sus derechos. En particular, ColombiaPeace.org analiza en su artículo “Prison, or “Deprivation of Liberty,” for Human Rights Violators” la penalización de los guerrilleros, planteándose cuatro preguntas: ¿Cómo seleccionar los casos? Aquí desglosa una tipología propuesta por el observatorio Dejusticia, de la Universidad Nacional de Colombia. ¿A qué tipo de juicios deben someterse los imputados?, y resalta la condición de las FARC de ser sometidos a un sistema de justicia transicional, ante nuevos órganos especializados. ¿Qué tipo de “privación de la libertad” han de recibir aquellos que serán judicializados?, en la cual plantea la flexibilidad de las penas al excluirlas del régimen carcelario, o bien usando una forma alternativa a la Ley de Justicia y Paz. Finalmente, ¿qué hay de las violaciones a los DD.HH por parte del Estado?, y resalta la prevención que hace Dejusticia al gobierno para que no caiga en una autoamnistía.

Portales como Colombia Reports y The New York Times proporcionan información concreta acerca de los sucesos que acontecen durante las negociaciones. Por ejemplo, subrayan el reciente acompañamiento al proceso brindado por el gobierno de Barack Obama, con personal especializado en diálogos de paz como lo es el señor Bernard Aronson (Ver el artículo del profesor Daniel Del Castillo al respecto). También recalcan que Alemania envió a su ministro de Asuntos Exteriores Frank Walter Steinmeier, para brindar apoyo en el proceso de post-conflicto, una vez firmado el tratado de paz. Insisten en el interés constante de los diferentes países del mundo por una salida éxitosa al proceso.

Podemos concluir que los medios internacionales asumen una posición que, ya sea general o especializada, es objetiva y neutral, lo cual los convierte en fuentes confiables de información para que el lector pueda construir de forma sólida su propia postura acerca del proceso de paz. Es preciso recomendar portales como BBC News y ColombiaPeace.org, por cuanto han realizado valiosos aportes al análisis de las disyuntivas que caracterizan este proceso y que a veces, parecen ahogarlo en una imposibilidad histórica.

Referencias El Libre Pensador:

El País – La OEA extiende su apoyo al proceso de paz de Colombia. 

Colombia Reports – 5 more military officials join ceasefire negotiations at Colombia peace talks. 

The Guardian – Peace on the horizon in Colombia?

BBC News – What is at stake in the Colombian peace process?

ColombiaPeace.org – Prison, or “Deprivation of Liberty,” for Human Rights Violators.

Colombia Reports – US names Bernard Aronson as envoy to Colombia peace process.

El País – “El proceso de paz en Colombia ha llegado a un punto de no retorno”. 

The Economist – Colombia’s peace process: The moment of truth.

The New York Times – Colombian Peace Process at an Impasse. 

El Espectador – Alemania ofrece a Colombia su experiencia jurídica para el post-conflicto.

El Espectador – Gobierno de EE.UU. designó enviado especial para el proceso de paz.